jon garay
Lunes, 2 de julio 2018, 15:13
El partido de este domingo entre Croacia y Dinamarca dejó dos actuaciones para la historia. El portero croata Subasic detuvo tres de los penaltis que le lanzaron los daneses convirtiéndose en el segundo meta en realizar semejante hazaña en toda la historia de los ... Mundiales. Antes solo lo había logrado el luso Rui Patricio en 2006 frente a Inglaterra. En el lado nórdico, Kasper Schmeichel también realizó una actuación descomunal. De hecho, paró las mismas penas máximas, dos en la tanda y una cuando el partido se acercaba al final del tiempo reglamentario con empate a uno en el marcador. Entonces, Modric cogió el balón y se dispuso a lanzar. Enfrente, el hijo del mítico arquero del United Peter Schmeichel. El rubicundo danés detuvo el lanzamiento del futbolista del Real Madrid y permitió a su selección llegar a la prórroga. Ya en la tanda, adivinó los disparos de Badelj y Privaric, pero no pudo superar el acierto de su rival croata.
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Las paradas de Schmeichel no sirvieron para clasificar a Dinamarca para los cuartos de final, pero sí para llenar de orgullo a su padre. «Sin palabras. No puedo estar más orgulloso de mi país, de mi hijo, sus compañeros, todo el staff y nuestro fantástico entrenador Hareide. Cuando las lágrimas se sequen, nos daremos cuenta de lo bien que lo hicimos», escribió en Twitter el que fuera mítico portero del Manchester United. Orgullo de padre.
Lo curioso del caso es que al actual portero del Leicester no le hace demasiada gracia que le estén recordando continuamente quién es su progenitor. De hecho, el 25 de junio colgó en sus redes sociales un mensaje en el que dejaba bien clara su postura. «Tu cara cuando te preguntan por tu papá por cuarta vez consecutiva en una conferencia de prensa en un Mundial»
Justo un día antes del partido ante Croacia que le ha encumbrado encajó otra pregunta en la misma dirección. Y su respuesta no fue muy diferente. «No es algo que me enfade. Es solo que espero algo más de ustedes, chicos. Supongo que es parte de la vida», respondió.
A sus 31 años y con 39 partidos internacionales a sus espaldas, el actual inquilino de la portería de Dinamarca nunca alcanzará los logros de su padre. Pero sí que se está forjando su propia historia. Y la reclama, aunque sea medio en broma. «Estoy casado, tengo dos hijos y mi padre es ahora abuelo».
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