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Los jugadores de la selección, hundidos tras la eliminación. Efe
Historia de un fracaso

Historia de un fracaso

España convulsionó con el 'caso Lopetegui', tiritó en la fase de grupos y saltó por los aires en octavos, en la parte amable de un cuadro en el que ya es pasado

Robert basic

Lunes, 2 de julio 2018, 00:44

España enterró sus sueños debajo de la alfombra del Luzhniki, que más que un estadio fue un cementerio que se tragó a una selección rota e incapaz de cambiar el guion de un partido que había imaginado justo así, feo y cerrado, con once tipos ... atrincherados y sin el más mínimo interés por la pelota. Rusia fue lo que es y La Roja se maquilló para parecerse a sí misma, pero solo logró aparentar lo que le hubiera gustado ser. Un equipo dominador, contundente, resuelto, apegado a un estilo efectivo, con las ideas claras y letal en el área, tan letal como sus debilidades. En realidad, La Roja empezó a desteñir antes del Mundial y terminó por volverse blanca, anémica, víctima de una abundante hemorragia que manaba directamente de la herida abierta por Luis Rubiales y Julen Lopetegui. Ahí, a tres días de la Copa del Mundo, comenzó a escribirse la historia de un fracaso que culminó en Moscú y ante un rival inferior, limitado y justo de fútbol, que se dio cuenta de que el ogro que tenía enfrente era de mentira.

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