Por primera vez en la historia, un Mundial tendrá lugar en noviembre y diciembre. Los calendarios de numerosas federaciones se han visto alterados y también la forma de preparar las temporadas y regular los picos de forma, sobre todo en Europa, donde compiten las ... grandes estrellas deseosas de brillar en el desierto de Qatar. Todos los datos recopilados indican que llegarán a la Copa del Mundo en una condición física casi perfecta, que será puesta a prueba por el calor catarí, aunque en teoría los campos estarán climatizados.
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Los expertos coinciden en que la mayoría de los futbolistas descorcharán el campeonato en un estado de forma óptimo. ¿Por qué? Porque acuden con pocos partidos en las piernas y al mismo tiempo los justos para estar rodados y engrasados. Todo ello gracias al trabajo de los clubes, que han diseñado las pretemporadas en función del parón otoñal y han programado la respuesta de los jugadores en este tramo de la campaña, enfocada a irse al paréntesis mundialista con la mayor cosecha de puntos posible.
Cuando los Mundiales se celebraban entre junio y julio, lo habitual entre los futbolistas que competían en Europa era llegar a la Copa del Mundo con más de 50 partidos e incluso por encima de los 60. Ahora serán como mucho una veintena. «Los clubes han fijado objetivos a corto plazo porque trabajaban con un parón de noviembre en el horizonte. Se trataba de conseguir el pico de forma más elevado en este tramo de la temporada, no a la mitad del año o al final, para sacar los máximos puntos posibles», reflexiona Javi Reyes, expreparador físico del Athletic. En su carrera se ha encargado de velar por el estado de forma de otros 12 conjuntos y también de la selección de Rumanía, por lo que maneja todas las claves relativas a la programación del rendimiento.
El experto subraya que los jugadores llegarán a Qatar próximos a su nivel físico más óptimo, muy por encima del que suelen presentar «en verano». Ahora bien, incide en una serie de factores de obligado control para preservar la forma de los internacionales. «Hay futbolistas que saben que van a ir y se regulan, mientras que otros no lo tienen tan claro y hacen lo imposible por estar. ¿Qué les provoca esto? Estrés y modificación de sus comportamientos competitivos. Recurren a entrenadores complementarios, personales, que deberían coordinarse con los de sus equipos y también con los de la selección. Si no existe esta relación, el riesgo de lesión aumenta». De ahí que Reyes insista en la importancia de poner todos los trabajos en común y obtener así un retrato robot preciso del proceso preparativo que estaba siguiendo el profesional.
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Con los futbolistas listos para hacer kilómetros como si no hubiera mañana, ¿qué deben hacer los preparadores físicos de las selecciones? Básicamente, no estropearles. «No romper sus dinámicas ni rutinas. Esto significa que hay que individualizar el trabajo complementario. Lo que le funciona a uno puede no funcionarle al otro y al revés, por lo que conviene diseñar las sesiones a la carta. Que el internacional no vea alterada su hoja de ruta», argumenta Reyes.
Y entonces pone el acento en el calor del desierto catarí. El granadino estuvo la pasada temporada en Arabia Saudí encargándose del Al-Ittihad y conoce los vaivenes del mercurio en aquella parte del planeta. «La temperatura va a influir en la estrategia de la recuperación. No será extrema, pero tendrá su impacto. A mayor temperatura -lo corroboran muchos estudios- más disminuirán las carreras de alta intensidad. También se reducirá la distancia total recorrida, pero menos. De ahí que la aclimatación y recuperación jueguen un papel fundamental».
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La adaptación al medio es otra pata del encaje en el torneo de Qatar, que intentará acondicionar la temperatura ambiente. Eso sí, solo en los estadios. Los entrenamientos y la vida diaria se desarrollarán con arreglo al mercurio. «Si la temperatura es muy elevada, la aclimatación podría ser más costosa», coincide Marcos Álvarez, preparador físico del Spal. Ahora bien, cree que España no tendrá excesivos problemas y que con «ocho días allí» estaría lista para competir. «Dos semanas sería lo ideal, aunque con poco más de una valdrá. Los que lo pasarán un poco peor serán las selecciones que vienen de una franja horaria muy distinta», explica el hombre que también ha prestado sus servicios en el Real Madrid, Tottenham, Sevilla, Betis, Málaga, San Lorenzo de Almagro y CSKA de Moscú, entre otros clubes. Al igual que Reyes, considera que los futbolistas llegarán perfectos a la Copa del Mundo. «Han acertado en este aspecto -en referencia a la celebración del campeonato en otoño-. El estado de forma de los internacionales nada tiene que ver con el de verano. Están con mucha menos carga de partidos».
Este madrileño de 51 años coincide también en que la recuperación en Qatar será de vital importancia. «Es fundamental. Todos llevarán equipos completos de médicos, nutricionistas y readaptadores. ¿El objetivo? Conseguir que en dos días el jugador esté listo para volver a competir». En la misma línea que Reyes, defiende que se respeten los procesos de preparación física de cada internacional y «no romper su progresión. En la selección se debe dar continuidad al trabajo realizado. No debemos estropearles, sino amoldarnos a ellos y no cargarles con tareas extra», aconseja Álvarez.
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«Van a llegar al Mundial en su pico de forma más alto», se muestra contundente el readaptador y preparador físico Luis Prieto. Trabajó con Javi Reyes en el Dinamo de Bucarest y estuvo en la Copa del Mundo con Costa Rica en Brasil (2014), además de contar con un amplio currículo en varios equipos españoles y extranjeros. «Los preparadores físicos de los clubes han diseñado la temporada en función de Qatar. Los futbolistas estarán perfectos. Ahora toca mantenerles, apostar por sesiones preventivas y recuperarles bien después de los esfuerzos. Y no me refiero solo a los partidos, sino también a los entrenamientos. Hay que velar por la alimentación, calidad de sueño y el postpartido, que es importantísimo». Y entonces toca el tema del calor. «Si juegas con 35 grados y no recuperas bien, las lesiones amenazan con aparecer. Estaría bien viajar con 15 días de antelación, pero el calendario en España no lo permite. En cualquier caso, la adaptación será más fácil para internacionales experimentados porque han vivido todo tipo de situaciones y soportado altas temperaturas en junio y julio. A los nórdicos podría costarles un poco más», apunta este madrileño de 41 años.
Lo que no admite discusión es que el Mundial de Qatar brinda la oportunidad de ver a los jugadores en su plenitud física, sobre todo los que vienen de las ligas europeas. En Argentina y Brasil, por ejemplo, hay más carga de partidos pero la inmensa mayoría de sus internacionales compiten en el Viejo Continente. «Estamos en una situación nueva. Nunca antes hemos tenido la necesidad de parar los campeonatos para jugar una Copa del Mundo. Así que la preparación de los clubes ha sido diferente, enfocada en la consecución de unos objetivos concretos en esta época del año y de la que se beneficiarán ahora las selecciones», resume Javi Reyes.
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