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Iñigo Agiriano
Lunes, 15 de mayo 2023, 18:24
En 1795, en la actual Irlanda del Norte, dos bandas rivales, los Defenders (Defensores) y los Peep-o'-Day Boys (Chicos del Amanecer), se enfrentaron en los alrededores del pequeño pueblo de Loughgall, en un cruce de caminos en el condado de Armagh conocido como ... el Diamante. Católicos y protestantes protagonizaron una sangrienta pelea que fue bautizada como 'La Batalla del Diamante' y que tuvo como resultado más de treinta muertos y la victoria de la facción protestante. Tras la lucha, los Chicos del Amanecer fundaron la Orden de Orange, una fraternidad protestante que sigue existiendo en la actualidad y que ha sido una de las tristes protagonistas de los terribles sucesos acaecidos en Irlanda del Norte durante el siglo XX. Hasta la fecha, esta batalla era el único acontecimiento memorable que había tenido lugar en Loughgall, y no era algo de lo que sus habitantes gustasen de presumir. Sin embargo, 228 años después, la pequeña localidad norirlandesa tiene por fin un motivo de orgullo, que le ha puesto de nuevo en el mapa. Su club de fútbol, el Loughgall FC, ha conseguido el ascenso a primera división y se ha convertido en el pueblo más pequeño de toda Europa en tener un equipo en la máxima categoría de su país.
𝙄𝙧𝙞𝙨𝙝 𝙇𝙚𝙖𝙜𝙪𝙚 𝙐𝙣𝙘𝙪𝙩 🎬
— NI Football League (@OfficialNIFL) April 30, 2023
The day an entire village game together 💙@LoughgallFC lift the Championship trophy at a packed Lakeview Park. #Lough41Champ pic.twitter.com/grN6xFp1zr
Lo cierto es que está no es la primera vez que el Loughgall consigue el ascenso, pero los reveses de la fortuna siempre han impedido su participación en la élite. En 2010, ellos mismos rechazaron el ascenso al considerar que las infraestructuras del club no estaban preparadas para la máxima categoría. Una década después, fue el Covid quién impidió la promoción, en una temporada en la que iban como un tiro, pero que fue suspendida por la pandemia. En 2023, por fin, han podido cumplir el sueño de los 282 vecinos de Loughgall. La cifra es tan baja que resulta irreal. En el pueblo se bromea con que, en los días de entrenamiento, el 10% de la población se reúne en el campo. Hasta ahora, el récord estaba en manos de la ciudad de Streymnes, en las Islas Feroe, que llegó a ser incluso campeón de liga con sus 334 habitantes.
Uno de los grandes artífices de este éxito es Dean Smith, el entrenador del Loughgall desde hace seis temporadas, que ha sido testigo de la transformación y el crecimiento del club en estos años. Cuando llegó, ni siquiera tenían un campo de entrenamiento, mientras que ahora cuentan con su propio gimnasio, spa y dos campos, uno de hierba artificial y otro de natural. La academia del club también ha mejorado a pasos agigantados y tres de los titulares habituales de Smith provienen de la cantera. A pesar del tamaño del pueblo, el Loughgall FC ha logrado despertar el interés de los vecinos de ciudades y pueblos cercanos, que se desplazan cada fin de semana para apoyar al equipo. La afición al Loughgall traspasa incluso las fronteras; uno de sus habitantes, que se mudó recientemente a la localidad alicantina de Altea, fundó allí una peña.
La primera división norirlandesa también ha sido el escenario de otra gran sorpresa esta temporada, ya que el Larne se proclamó campeón de liga por primera vez en sus 134 años de historia. Su ejemplo puede animar al Loughgall a intentar lo que sería una proeza mayúscula la temporada que viene. Por el momento, sus dirigentes tienen los pies en la tierra y solo aspiran a evitar el descenso, lo que ya será un duro desafió en sí mismo, y a intentar que sus 282 habitantes mantengan un año más el honor de codearse con la élite.
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