¿Merece la pena que la Euskal Selekzioa juegue en Panamá?

El partido, como saben, se disputará a las tres de la mañana, hora española, y apenas tendrá cobertura informativa por parte de los medios vascos. De hecho, ni siquiera se sabe si ETB podrá transmitirlo, aunque sea en diferido. Entenderán, por tanto, que algunos nos preguntemos si merecen la pena estos partidos a deshora ante rivales mediocres y con un grupo de futbolistas que no representa en absoluto el verdadero potencial del fútbol vasco. No niego que esta cita se haya organizado con muy buena voluntad, ni resto un solo mérito -todo lo contrario- a los integrantes de la expedición a Panamá. Pero quizá deberíamos preguntarnos si con este tipo de iniciativas no estamos haciendo un flaco favor a la selección de Euskadi.

Es verdad que, hoy por hoy, con el calendario infernal del fútbol internacional, resulta muy complicado organizar buenos partidos para una selección autonómica. Esto no se discute. De ahí, precisamente, que no tenga mucho sentido la obsesión de la Federación Vasca de celebrar al menos uno cada año, como si no hacerlo fuera como dejar que se apagara la llama de la selección vasca. Yo no lo veo así. Si no es posible jugar todos los años en las debidas condiciones, con un mínimo de grandeza, ¿no sería mejor hacerlo cada dos o tres, pero siempre ante un gran rival y con todos nuestros mejores jugadores, convirtiendo ese partido en un gran acontecimiento deportivo? Me pregunto.