Villarreal 3 - 1 Amorebieta

El Amorebieta vuelve a naufragar lejos de Lezama

Haritz Mujika apostó, finalmente, por mantener el mismo once que se impuso al Mirandés la pasada jornada para actuar de inicio en La Cerámica, en un encuentro equilibrado, con poco ritmo pero sí mucha brega. Los azules dieron la sensación de tener el duelo bastante controlado a pesar de que en los primeros compases fue el filial amarillo el que intentó sorprender. El omnipresente Javi Ontiveros buscó el gol de la jornada con un golpeo desde campo propio que se fue por poco a la derecha del internacional Pablo Campos.

Los de Urritxe estaban bien asentados pero les faltó algo de profundidad y presencia en los metros finales. No sufrían, pero tampoco hacían daño. Quien más cerca estuvo de conseguirlo fue Ryan Edwards, que tuvo un par de buenas ocasiones. En la primera, se le fue largo el control dentro del área tras un pase tenso de Carbonell. En la segunda, se internó bien en la zona de peligro y dejó atrás a un par de defensas con una buena finta, pero pecó de exceso de generosidad buscando un paso atrás cuando la mejor opción era el golpeo con la zurda.

Eran los mejores momentos de los de Haritz Mujika en La Cerámica. Sin embargo, una genialidad de Ontiveros puso en franquicia a los castellonenses. Su golpeo de falta directa por encima de la barrera se coló prácticamente por la escuadra. Una diana que le sentó realmente mal al Amorebieta. Los vizcaínos perdieron tensión y se vieron superados por un Villarreal B con más ritmo que buscó el segundo. Lo evitó providencial el meta Campos, que metió una mano extraordinaria para salvar en la misma línea de gol un cabezazo de Forés.

Obligado a dar un paso adelante, Mujika movió ficha en el descanso metiendo a Marco de Graca en sustitución de un Eneko Jauregi desaparecido. Pero apenas si tuvieron tiempo los azules de colocarse en el campo cuando el Villareal anotó su segundo gol. Forés ganó bien la espalda de la defensa, aprovechando que Félix rompía el fuera de juego, y batió de tiro cruzado a Pablo.

El gol espoleó a los vizcaínos, que metieron una marcha más a su juego. El eléctrico Dorrio estuvo a punto de recortar distancias, pero su potente disparo escorado fue a parar al lateral de la red. El que sí lo logró, a los diez de la reanudación, fue Manu Hernando cabeceando con potencia un centro del propio Dorrio desde la derecha.

Sin embargo, como pasó en el primer periodo, cuando mejor parecía estar el Amorebieta llegó un nuevo mazazo. Tras un saque de esquina Carlo estrelló un remate en la base del palo. Lekovic fue el más rápido para recoger el rechace y fusilar.

Quedaba por delante aún media hora de un encuentro que fue rompiendo a medida que avanzaba el crono. Morcillo pudo marcar con la derecha pero el balón lo sacó el portero de forma casi milagrosa. El Villarreal amenazó con sus contras una y otra vez, bien resueltas por la zaga zornotzarra casi siempre.

En los baldíos intentos de recortar distancias, el Amorebieta fue encerrando a los amarillos en su área a base de empuje y centros laterales. Pero fue un querer y no poder. Josué Dorrio, una vez más, fue el que más cerca estuvo de lograrlo, pero su volea cruzada de primeras se le escapó por centímetros. Con el tiempo ya cumplido, Ferrari perdonó el cuarto para el Villarreal B.