Tres años del histórico 'Viverazo' del Amorebieta

22 de mayo de 2021. Una fecha que se recuerda a la perfección entre la afición zornotzarra. No es para menos. Tal día como hoy, hace ahora tres años, el Amorebieta culminaba una gesta histórica. Contra todo pronóstico, la «cuadrilla de amigos que se juntaba para merendar», como se llegó a calificar a los azules, arruinaba la fiesta preparada en Badajoz y lograba su primer ascenso al fútbol profesional de toda su historia.

Una hazaña en tiempos de pandemia que no se pudo festejar en demasía, pero que fue todo un hito para el fútbol vizcaíno, que colaba a un humilde club como el de Urritxe en la élite del fútbol profesional. Los zornotzarras llegaban de tapadillo, nadie les tenía en cuenta. En la semifinal, dejaron en la cuneta al Linares, al que por aquel entonces entrenaba Alberto González, quien el lunes logró la permanencia en Segunda con el Albacete.

Ya en el Nuevo Vivero, con bastante más afición en las gradas del aforo inicialmente autorizado por las autoridades, la fiesta parecía tener claro color blanquinegro. El Badajoz jugaba en su casa, ante su gente, con una plantilla diseñada para ascender y tras completar una fase regular prácticamente perfecta.

Era su escenario ideal. O al menos así se lo imaginaban hasta que en el minuto 22 apareció Iker Bilbao en segundo palo para recoger un balón suelto y remachar al fondo de las mallas. Un momento de alegría inmensa para los jugadores azules, pero también para los aproximadamente trescientos -siendo generosos- valientes zornotzarras que presenciaban in situ el encuentro.

Después, los de Iñigo Vélez de Mendizabal tuvieron que hacer un enorme ejercicio de resistencia para defender su escueta ventaja en el marcador. Un partido que se hizo largo, agónico, pero que acabó de la mejor de las maneras para el Amorebieta, dando paso a una alegría tan desbordada como merecida.

Aquel ascenso histórico, del que aún resisten en la plantilla actual el capitán Iker Seguín y el meta Unai Marino, además de un Iker Unzueta que regresó a 'su casa' en el mercado de invierno, fue el germen de lo que actualmente es el club zornotzarra. A marchas forzadas y obligado por la situación, dio paso a una profesionalización de muchos de sus estamentos. También en el plano deportivo. Aunque el gran lastre, el de entonces y también el de ahora, es que no se pudo jugar en el vetusto Urritxe, cuyo futuro sigue sin resolverse.

La aventura duró una temporada, pero también tan sólo una campaña después el Amorebieta lograba retornar a Segunda División tras proclamarse campeón de Primera Federación, escribiendo otra página de oro en su casi centenaria historia.

Ahora, tres años después, los zornotzarras pelean por mantener la categoría y enlazar un segundo año consecutivo en el segundo peldaño del fútbol español. Únicamente restan dos jornadas y el camino no es sencillo. Pero el Amorebieta depende de sí mismo para lograrlo. Y lo hará con el mismo espíritu con el que logró aquel 'Viverazo'.

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