«Pasaría una y mil veces por esto porque el premio de ascender es muy grande»

- Ha pasado más de una semana. ¿Cómo lo ha llevado?

- Pues bien, me considero una persona muy tranquila, pocas cosas me afectan hoy en día. A pesar de todo el revuelo que se ha montado estoy muy feliz, soy positivo. Han sido días muy intensos, hemos tenido que ir a Madrid para hacer el curso del VAR.

- ¿Se ha llegado a plantear si merecía la pena todo esto?

- No, en ningún momento. Suelo decir que va implícito en nuestro trabajo, pero tampoco debe ser así. Afortunadamente estos casos son bastante excepcionales. Si me dicen que tengo que pasar por esto para ascender pasaría una y mil veces porque el premio es muy grande, pero obviamente hubiera preferido que no.

- ¿Llegó a pasar miedo?

- Miedo no, pero sí respeto.

- ¿Qué lleva peor, los insultos y amenazas o que en las redes se cuestione su capacidad para arbitrar?

- Mucha gente me manda cosas, pero no sé mucho lo que se ha hablado por las redes sociales. No presto atención a lo que no suma, imagínate a lo que resta... Paso, me da exactamente igual lo que se me diga. Lo único a lo que presto atención es a lo que me dice el Comité, que me dio la enhorabuena. Salí de allí muy contento con nuestra actuación. He visto el partido y creo que hicimos muy buen trabajo en general. Obviamente hay cosas y detalles por pulir. Igual alguna amarilla... lo de siempre. Son errores puntuales que no van a ningún sitio, pero el grueso del partido lo sacamos muy bien.

- ¿Le dio muchas vueltas a lo sucedido? ¿Pudo dormir aquella noche?

- No mucho, pero no por lo que pasó. Estaba muy activado porque llegamos muy tarde al hotel y costó dormir.

- ¿Están los árbitros hechos de otra pasta?

- No todos. Creo que va con la personalidad de cada uno. Quizás si lo de este partido le hubiera pasado a otro compañero no hubiera reaccionado como yo. No estoy diciendo que como yo reaccioné sea lo mejor. Lo hice de acuerdo a lo que estaba viviendo. Particularmente mucha gente me ha dicho que estoy hecho de otra pasta, pero creo que actué de la mejor manera que yo creía. Nosotros nos dedicamos a pitar partidos, la gente de otra pasta es quizás la que no llega a fin de mes. Lo máximo que nos pueden decir es que nos insulten. Nuestra calidad de vida es buena comparado con otros.

- ¿Cómo lleva que mucha gente pague sus frustraciones con ustedes?

- No le doy importancia. Convivo con ello, como cualquier futbolista.

- Pero psicológicamente hay que estar muy preparado.

- Te diría que el tema psicológico es más importante que el físico. Sin el psicológico el físico no funciona, pero es verdad que no se trabaja lo mismo. Yo, afortunadamente, no tengo la obligación de trabajar el psicológico porque considero que tengo la cabeza muy bien amueblada, pero sigo progresando en ese aspecto. Es fundamental, sobre todo con la presión que recibimos de medios de comunicación y aficionados.

- ¿Duelen más los insultos cuando van dirigidos a su familia?

- No le presto ni la menor atención. Obviamente duele, pero me da exactamente igual. Como ya he dicho en otra entrevista, creo que es un problema de educación de base.

- Que atañe a toda la sociedad.

- Es un gran problema, entre otros muchos que hay. Si desde los mandos de arriba, por decirlo de alguna forma, no se soluciona nosotros no tenemos ninguna capacidad, no podemos hacer nada. La base está en la educación, tanto de los padres como en la escuela.

- ¿Que és lo primero que le vino a la cabeza cuando recibió el ascenso a Segunda?

- Toda mi trayectoria. Cuando llegué a León había una figura que era Jorge Valdés Aller (árbitro de Segunda entre 2010 y 2018) que venía poco por su trabajo. Las veces que venía le veía con una cara de 'Guau, está en el fútbol profesional, esto es la rehostia'. Estaba como un polluelo ahí sentado en clase diciendo: 'A ver si un día llego'. Pero ya tenía ese pensamiento. Cuando le vi dije: 'Yo quiero llegar a donde él ha llegado'. Y que el lunes te llamen y te digan que ya estás allí... Es un reconocimiento a todos estos años, a todo lo que he tenido que renunciar.

- ¿A qué ha renunciado?

- A muchísimo, no os podéis hacer una idea.

- ¿Qué es lo que más echa de menos?

- Echar de menos como tal... No te sabría decir, tengo todo lo que quiero. Pero muchos viajes con amigos, planes de pareja... Muchísimas cosas.

- Ahora mismo es el segundo árbitro de Bizkaia, solo por detrás de Ricardo de Burgos Bengoetxea, también de Bilbao y en Primera desde 2015. ¿Qué le dice esto?

- No lo había pensado, no te sé decir. Un responsabilidad a nivel personal por los partidos que voy a dirigir, y sobre todo por estar a un paso de mi grandísimo sueño desde que soy árbitro, que es llegar a Primera.

- De todas las llamadas y mensajes que ha recibido, ¿cuál le ha emocionado más?

- Emocionarme como tal ninguno porque eran momentos para estar unidos. Me he sentido respaldado por todos los miembros del Comité. Desde Luis Medina Cantalejo, máximo responsable de los árbitros, que ha estado en todo momento apoyándome, hasta Vicente Lizondo Cortés, Antonio Rubinos Pérez, Javier Turienzo Álvarez, Félix Sánchez Marcos... Toda la cúpula estuvo apoyándome a muerte. El respaldo del Comité fue enorme, con eso me quedo. Tenemos un grupo de trabajo detrás que nos apoya a muerte con todo lo que nos pasa.