Llorente evita un descalabro en Ipurua

Y es que lo que bien empieza no siempre acaba de la manera deseada, debido en gran medida a que los azulgranas no han sabido matar el choque tras el recital ofensivo iniciado por el madrugador gol que el gaditano ha anotado a los tres minutos de juego al aprovechar un balón peinado por Llorente.

Y cuando se fallan tres ocasiones tan claras como las que han dispuesto justo después el propio Stoichkov, Quique y Corpas, se da pie a que un equipo con el potencial de los canarios sacar sus armas a relucir para atacar precisamente por el punto débil que presentaba el plan de acción de Garitano.

Condicionado la ausencia de un lateral derecho nato debido a las bajas al unísono de Correa, Tejero, Arbilla (además de la de Venancio) el vizcaíno ha apostado por dar la oportunidad al joven burladés de 22 años del filial Álvaro Roncal y, entre su inexperiencia, la falta de ayuda por parte de Corpas, y la calidad de los amarillos, su flanco se ha convertido en la gran vía de entrada por la que han llegado todos los males sufridos por los eibarreses.

La culpa del primer gol de Sadiku no ha sido enteramente suya, porque aunque los de García Pimienta se han colado por ahí, ni Sergio ha logrado evitar que Jonathan Viera peinara en el interior del área un balón dirigido hacia Sadiku, ni Chema ha evitado que el delantero albanés empatara a placer.

En el segundo, sin embargo, la responsabilidad ha caído como una losa sobre el navarro, porque llega tarde para frenar la internada de Mfulu y lo derriba con claridad en el área, y Jesé no ha desaprovechado la oportunidad de asestar un golpe de los llamados psicológicos justo cuando el cronómetro estaba a punto de marcar la hora de irse al descanso.

Urgía un cambio drástico y al preparador armero no le ha temblado el pulso. Como era de prever, Garitano ha dejado en la caseta al desafortunado debutante para dar entrada a Etxeita y situar así a Sergio en ese lateral por el que tanto estaba sangrando el equipo. Había prisa, mucha necesidad, y demasiados preocupación acumulada, que se ha incrementado de manera considerable cuando Stoichkov ha pedido el cambio cuando se rebasaba el primer cuarto de hora.

Parecía tratarse de un problema físico que invitaba a pensar en lo peor, pero según ha explicado Garitano al término del choque, el gaditano se ha fundido después de haber vuelto de Cádiz conduciendo debido a que su padre está gravemente enfermo y había viajado de urgencia hasta allí. Una información que una vez más el Eibar se ha reservado como tantas otras desde hace tiempo.

Han hecho falta varios retoques más en el equipo para que los azulgranas se hayan lanzado con todo su arsenal hacia arriba hasta que a falta de menos de un cuarto de hora para llegar al tiempo reglamentario, Fernando Llorente haya impuesto su gran envergadura para cabecear a gol entre tres jugadores canarios un excelente centro de Yanis, uno de los revulsivos que el de Derio ha puesto en liza en la segunda mitad junto a Aketxe, Fran Sol y Blanco-Leschuk.

Tras ese primer gol del riojano en Ipurua, el segundo como armero tras el que marcó hace casi un mes en El Toralín de Ponferrada, el Eibar ha tirado de casta y del empuje de su afición para tratar de completar la epopeya, pero Yanis y Etxeita se han quedado a las puertas de saborear la gloria.