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Fernando Romero
Jueves, 14 de marzo 2024, 15:13
Cuando recaló en Urritxe, hace ahora temporada y media más o menos, Kwasi Sibo cayó de pie. Y lo hizo en todos los sentidos. En el aspecto deportivo, fue una de las muchas sorpresas agradables que dejó el Amorebieta del curso pasado. Un portento físico, ... una barredora para el centro del campo de los azules, que además fue creciendo en su juego y afinando su toque.
Con su carácter afable y animoso no solo se granjeó a sus compañeros, sino que se no tardó tampoco en meterse en el bolsillo a la afición zornotzarra. Basta echar la vista unos meses atrás y rememorar los festejos por el histórico segundo ascenso al fútbol profesional del Amorebieta. Aquella noche, en la balconada del ayuntamiento, Sibo fue uno de los más aclamados.
El ghanés es un futbolista de esos que hacen equipo. Sus gritos en las sesiones de entrenamiento festejando algún 'golaso', por ejemplo, son todo un clásico. Como sus bromas y anécdotas, aunque esas se quedan dentro de la caseta. En el verde, su despliegue y cobertura supone en muchas ocasiones un alivio para sus compañeros. Se posiciona bien, no suele complicarse con el balón y de vez en cuando se anima a asomarse al balcón del área.
Desde ahí anotó el único gol que suma esta temporada, anotado precisamente contra el Andorra, que salió goleado de Lezama en los albores de esta campaña en la que fue la primera victoria del Amorebieta en aquel 'engañoso' buen arranque que protagonizaron los entonces dirigidos por Haritz Mujika. Tanto con el técnico de Pasajes como ahora con Jandro a los mandos de la nave zornotzarra, Sibo es un pilar dentro del terreno de juego.
«Contra el Andorra marqué mi primer gol en esta Liga, yo lo recuerdo, fue un buen momento para mi», rememora Kwasi Sibo con ese acento suyo tan particular e inconfundible. Una diana que redondeó el 3-0 endosado a los de Eder Sarabia, contra quienes se enfrentan de nuevo este próximo lunes.
Mucho ha cambiado el panorama para ambos equipos desde entonces. De estar en la zona media de la tabla en aquel arranque de la temporada a pelear por no descender. El Amorebieta, colista con 24 puntos; el Andorra, penúltimo con 29. La salvación la marca el Albacete con 31. Con esta premisa, su enfrentamiento adquiere un cariz más que relevante en esa zona baja de la tabla. Lo decía Jandro Castro tras perder el lunes contra el Leganés señalando que «es un rival que está ahí con nosotros, ganarlo nos daría mucha vida».
El mediocentro ghanés va incluso un paso más allá y directamente califica este encuentro en 'el país de los Pirineos' como prácticamente decisivo. «Es un partido muy importante para los dos equipos. Para nosotros cada partido es una final, no estamos en buena posición, así que cada partido es una final», lanza. «A ellos les gusta jugar mucho el balón, tiene mucha posesión. Vamos a trabajar y a seguir para volver con los tres puntos, lo tengo claro», asegura sin dudar.
«El otro día fue una pena. Ahora necesitamos mirar arriba de cara a este partido y sacar tres puntos muy importantes para nosotros. Quedan muchos partidos y hay que seguir trabajando duro. Este equipo entrena muy bien cada día, cada semana. Compite y lucha para seguir vivo. Vamos a seguir luchando hasta el final». Sibo lo tiene claro.
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