Una jornada 'negra' para el Amorebieta

El marcador final fue un agónico 1-1 merced a una diana en tiempo de descuento de Okazaki para los 'efesé'. Un mal relativamente menor visto desde el prisma de los de Urritxe en el seno de una jornada que no fue especialmente propicia para ellos. La contundente derrota del Amorebieta en Valladolid les ha hecho perder un puesto en la tabla, sobrepasados por la Real B, que ganó al Oviedo (0-1). En esa zona roja, hay ahora mismo un triple empate a 26 puntos entre zornotzarras, los de Xabi Alonso y el Fuenlabrada que augura una batalla a cara de perro en esta recta final de temporada.

La brecha con la zona de salvación ha aumentado hasta los siete puntos debido a ese empate del Málaga, pero también al triunfo del Mirandés de Joseba Etxeberria sobre el Tenerife (2-1). Esa distancia a recortar es, de hecho, la más amplia de toda la temporada para los azules, que han venido moviéndose en horquillas inferiores durante todo el campeonato.

Exceptuando la tercera jornada, la única en la que los azules han estado fuera del pozo, durante el resto de las fechas del inicio de la competición se encontraban en unos números asequibles. Fue en la jornada 13, cuando el Amorebieta empató ante el Huesca (1-1), cuando el salto se abrió hasta los cinco puntos. En la 19ª, tras firmar tablas con el Zaragoza en Lezama (1-1), la renta a su favor con la que contaban los equipos en zona de permanencia aumentó hasta los seis puntos. Pero nunca había llegado a ser tan peligrosa como los siete actuales.

No obstante, el Amorebieta ha sabido hacer de tripas corazón en multitud de ocasiones durante este curso, recomponerse y seguir luchando sin bajar nunca la cabeza. Porque precisamente en las jornadas posteriores a las señaladas, fue capaz de ganar para volver a meterse en la lucha. En la 14ª, llegó la goleada al Valladolid, ahora devuelta por los pucelanos, y en la 19ª se impuso al Málaga en la Rosaleda, en la que fue su primera y única victoria a domicilio de la campaña.

El conjunto andaluz visita este domingo las instalaciones rojiblancas para medirse al Amorebieta en un encuentro que, esta vez sí, es una auténtica final para los de Iñigo Vélez de Mendizabal. El tiempo apremia, el calendario avanza de forma inexorable y cada vez quedan menos opciones para el tropiezo. O más bien prácticamente ninguna. Los azules están obligados a una nueva reacción que les conduzca hacia la victoria ante los blanquiazules para seguir vivos en la agónica lucha por eludir el descenso.

Incluso tras cambiar de entrenador, el Málaga solo ha sumado dos puntos en sus últimos seis partidos y acudirá a este encuentro con todas las alarmas encendidas. Son un grande metido en apuros, y eso puede jugar en su contra. Los de Urritxe lo encararán tras caer de forma consecutiva en las dos últimas jornadas. Pero llevan todo el año metidos en esa batalla, conscientes de que así sería desde antes del primer pitido inicial en Montilivi. Quien sepa gestionar mejor la necesidad y jugar con los nervios y la ansiedad de su rival tendrá mucho terreno ganado en esta final por eludir el descenso.