García de Albéniz e Iñigo Vicente: «Vamos a por todas»

«Solo hace falta ver las últimas temporadas del Mirandés y ver dónde están ahora muchos de esos jugadores. Es de los mejores clubes de Segunda para que un jugador crezca. Ha sido muy fácil decantarme por volver», señala Iñigo Vicente, que recala en un club que mima a sus cedidos y les ha creado una plataforma para reivindicarse. Vicente también ha estado este verano en la órbita de Tenerife y Huesca para salir cedido para foguearse de nuevo en Segunda. Un extremo deriotarra que entiende que, pese no jugar apenas a las órdenes de Gaizka Garitano ni Marcelino, ha madurado mucho personalmente: «Me ha ayudado a llevar las cosas de cierta manera. Está claro que la situación fue difícil porque estuve un año entero casi sin jugar. Ahora quiero volver a disfrutar del fútbol, vengo a aportar y ayudar en todo lo que pueda con goles o asistencias», reitera en dos facetas que ya corroborara en su primera etapa de préstamo en Miranda a las órdenes de Andoni Iraola.

Por su parte, Imanol García de Albéniz, cosecha del 2000, tiene claro este volantazo en su incipiente carrera: «Era un paso que debía dar. Tenía muchas ganas de dar este paso hacia adelante y qué mejor sitio que el CD Mirandés», significa y añade sus objetivos como carrilero zurdo del club rojillo: «En lo individual quiero seguir creciendo, en lo colectivo vamos a ir a por todas, estoy seguro», remata quien suple en la zaga a Dani Vivián, de vuelta al Athletic tras una excelente campaña en Anduva. A sus 21 años se le presenta una oportunidad de oro para demostrar su potencial en una escala que ya conoce: «Tengo buenas referencias. He visto la trayectoria de muchos jugadores y al final es un trampolín, un equipo con la idea de jugar bien al fútbol y encima con gente joven. Siempre fue mi primera opción. Será raro no vestir la camiseta rojiblanca, pero era un paso que debía dar», subraya.

García de Albéniz no oculta su fin para el próximo verano, con la robusta competencia de Yuri Berchiche y Mikel Balenziaga en Lezama: «Mi objetivo individual es jugar algún día en el Athletic y, como ha dicho Iñigo, colectivamente iremos a por todas por quedar lo más arriba posible. Creo que haremos un buen año», desliza en comunión con su compañero rojiblanco, ahora juntos en esta apasionante aventura en Segunda bajo las órdenes de su nuevo míster, Lolo Escobar.