El Cartagena fulmina las esperanzas del Amorebieta

El lenguaje corporal habla por sí solo, y viendo cómo acabó el Amorebieta en Cartagonova, poco más se puede decir. Gesto torcido, cabezas bajas y mirada perdida en jugadores y cuerpo técnico, sabedores de que la derrota sufrida a manos del Cartagena en un duelo que era más que una final les dejaba prácticamente descartados en la lucha por la permanencia en Segunda División.

Cierto es que los de Jandro no merecieron volverse de vacío pero, como suele decirse, a perro flaco todo son pulgas. El Amorebieta propuso más y tuvo las mejores ocasiones durante la primera hora de partido. Pero un penalti transformado por Andy a falta de un cuarto de hora desvaneció las esperanzas de los vizcaínos, que se quedan descolgados en lo más hondo de la clasificación con solo 16 puntos.

Arrancó bien el Amorebieta en un partido en el que se jugaba la vida. Los azules, con Ángel Troncho como principal novedad en el once y la obligada presencia de Morán en el centro del campo, dominaron desde el comienzo a un Cartagena que trabajó más en la contención que en buscar la portería de un tranquilo Pablo Campos.

Apenas iniciado el duelo, los zornotzarras dieron un serio aviso. Félix, que actuó de nuevo como lateral zurdo, puso un buen centro al segundo palo que Troncho mandó de cabeza al lateral de la red. Combinando con calma pero con mucha intención, los de Urritxe mantuvieron al efesé metido sobre su área. Además, fue capaz de forzar errores en el equipo de Julián Calero como el que estuvo a punto de servir para abrir el marcador.

Rayco recuperó el esférico cerca del área y puso un buen envío para un muy activo Troncho, a quien Lizoain le sacó el mano a mano con el pie in extremis. En el rechace, Dorrio mandó el cuero al palo. Fue la oportunidad más clara los de Jandro, que mostraron una actitud muy distinta a hace una semana y que no dejaron de buscar la portería blanquinegra.

El propio Josue Dorrio protagonizó una buena contra que no supo resolver. También Carbonell lo probó con un disparo desde la frontal que le salió demasiado tibio a las manos del portero. El Cartagena apenas si inquietó en ataque más allá de un par de ataques rápidas. Donde si ofreció más sensación de peligro fue en el balón parado, aunque siempre bien resuelto por los vizcaínos.

El paso por vestuarios no varió demasiado la dinámica del encuentro. El Amorebieta mantuvo su dominio, si bien le faltó una pizca más de chispa a su fútbol para desordenar a un muy serio Cartagema, que aguardaba en su parcela para tratar de hacer daño a la contra. Los dos equipos parecieron atenazados por el miedo a perder en un choque que era decisivo para ambos, lo que provocó que las apariciones en las áreas fueran casi anecdóticas. Lo intentó Eneko Jauregi en un remate acrobático a los diez de la reanudación en el que fue el único disparo azul en la segunda mitad, pero Lizoain atajó bien.

El discurrir lento del partido le favorecía más al cuadro local, cuya urgencia a pesar de ser grande era menor que la del Amorebieta. El Cartagena no se aproximó a la meta de Campos casi hasta el minuto setenta de juego, pero a punto estuvo de marcar en un disparo del exrojiblanco Mikel Rico desde la frontal que se estrelló en el larguero. En la siguiente jugada, el que lo intentó fue Jairo con un zapatazo lejano que se fue abriendo y no cogió portería por poco. Dos acciones que revitalizaron a los de Calero y también al público.

Lo peor para el Amorebieta estaba por venir. Faltando un cuarto de hora, y tras la intervención del VAR y la pertinente revisión en el monitor a pie de campo, González Francés acabó decretando penalti por mano de Ryan Edwards, que estaba totalmente de espaldas al balón, aunque ocupando un espacio, como se dice ahora. Andy ejecutó desde los once metros y firmó la sentencia de un Amorebieta para el que la permanencia se convierte ya en prácticamente una quimera.

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