El Amorebieta vuelve a disfrutar

Mujika le dio un revolcón a su once para hacer frente al Mirandés y buscar una reacción muy necesaria. Pablo Campos regresó a la portería y Jorge Mier al lateral derecho. Además, metió a Morán como acompañante de Carbonell sacrificando músculo para buscar más circulación con el balón. Jon Morcillo también tuvo su primera titularidad en Lezama. El de Pasajes recuperó igualmente al australiano Edwards como compañero de Jauregi.

El australiano resultó decisivo en el encuentro. Porque aunque antes de cumplirse dos de juego Baeza perdonó en boca de gol para el Mirandés, la reacción de los azules fue inmejorable. En un abrir y cerrar de ojos, en apenas sesenta segundos, Ryan Edwards anotó un doblete. La primera diana, tras un sensacional pase interior de Morán, que le dejó sólo ante el portero. La segunda, rematando en segundo palo un centro de Dorrio al segundo palo.

Con clara ventaja en el marcador, tocaba la parte difícil, o al menos esa que no ha sabido capaz de gestionar con éxito el Amorebieta hasta ahora. El paso adelante dado por los zornotzarras se notó en el verde. Fueron capaces de hacer que no pasase nada reseñable durante un buen puñado de minutos, controlando la situación con balón y sin él. Sin desdeñar tampoco las opciones que dejaba un Mirandés con espacios. Jorge Mier tuvo en sus botas el tercer tanto para los de Urritxe, tras tirar una pared con Dorrio en la derecha, pero el asturiano se llenó de balón y quiso batir a Ramón por su palo, cuando tenía opciones más claras poniendo el pase atrás.

Sin hacer pasar excesivos apuros a los vizcaínos, el Mirandés sí que inquietó en algunos momentos el marco defendido de nuevo por el internacional Pablo Campos. Carlos Martínez remató alto un balón que llegó con demasiada facilidad al punto de penalti. Álvaro Sanz también mandó por encima del travesaño un peligroso lanzamiento de falta directa.

El segundo periodo arrancó con un ritmo pesado, con el Mirandés tratando sin éxito de recortar distancias y el Amorebieta sosteniendo el resultado. Los de Alessio Lisci acumulaban mucha gente por dentro, lo que hizo recular en exceso a los azules, que defendieron escalonados y como un bloque, tal y como reclamaba Mujika en la previa. Los rojillos llevaban sensación de peligro, pero sólo eso. Carlos Martínez lo intentó en un disparo que atajó bien Campos en primer palo y Rubén Sánchez, desde la frontal, ajustó a la base del poste, pero por fuera.

El técnico de Pasajes se protegió dando entrada a Sibo en el centro del campo y piernas frescas en las alas con la entrada de Quintero. El joven colombiano pudo sentenciar el encuentro a falta de veinte minutos, pero quiso ajustar tanto el balón a la escuadra que lo acabó mandando fuera por centímetros.

El trabajo de contención de los zornotzarras les permitió llegar con piernas frescas al tramo final, bien manejado para mantener el balón lo más lejos posible de su portería y asegurar tres puntos revitalizantes para el Amorebieta.