El Amorebieta tumba al Sporting y sale del farolillo rojo

Jandro Castro mantuvo su habitual línea continuista de las últimas jornadas, con apenas un par de novedades en el once que presentó de inicio en Lezama. Recuperó a Erik Morán para el centro del campo y apostó por Eneko Jauregi para la punta de ataque. El delantero de Muxika no era titular desde inicios de febrero. Su regreso no pudo ser mejor, ya que el nueve de los zornotzarras fue el encargado de abrir el camino de la victoria.

El Amorebieta planteó un encuentro que no distó demasiado de lo que se le ha visto últimamente. Quizá no tan protagonista con el balón como contra el Leganés, pero sí manteniendo lejos de zonas de peligro al Sporting de Gijón. El cuadro asturiano amasó la posesión, pero le costó incluso llegar con ventajas a tres cuartos de campo. De hecho, pese a que el balón era visitante, las no demasiadas cosas de interés que sucedían tenían lugar en torno al área visitante.

Un par de avisos con centros laterales que Jauregi y Etxeita no acertaron a rematar con claridad, un disparo mordido de Núñez desde la frontal… Hasta que en el ecuador del primer periodo el Amorebieta abrió el marcador. Córner ejecutado en corto por Lasure para Morcillo, el centro con toda la intención para la peinada de Bustinza en primer palo, Etxeita lo pelea en el segundo y Eneko Jauregi, el más rápido, enchufa el rechace para dentro.

El Amorebieta fue alternando fases de presión alta y otras donde aguantaba en bloque medio, con un gran despliegue físico y muchas ayudas que hicieron que el Sporting, incapaz de generar nada, tuviera muchas dudas. Fue así hasta los locos minutos finales de la primera mitad. En la única llegada clara, Otero puso la igualada con un buen desmarque al espacio y un disparo seco al primer palo.

El Amorebieta, lejos de arrugarse, se fue arriba. Apenas un par de minutos después, justo cuando se cumplía el 45, Morcillo se sacó de la chistera un remate de pillo que sorprendió a todos. Desde el suelo, sacó un punterazo con la zurda que se coló en la meta de Yañez, que solo pudo ver pasar el balón. En el añadido, los de Urritxe pudieron incluso anotar el tercero. Una buena contra originada por Dorrio propició superioridad numérica de los vizcaínos dentro del área rival, pero Morán con poco ángulo, no se atrevió a rematar y puso el balón atrás sin posibilidad de remate.

Claramente, a Miguel Ángel Ramírez no le gustó el desempeño de su equipo y metió de golpe tres cambios para la segunda mitad. Como se podía esperar, el Sporting volvió de vestuarios con ímpetu y encerró durante unos minutos en su parcela al Amorebieta. Unos compases en los que tuvo que emerger la figura de Jonmi Magunagoitia para volar y desviar un libre directo con mucha intención ejecutado por Cote. Los rojiblancos llegaron a anotar, pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego claro.

Una vez ajustado, el Amorebieta llevó el encuentro de nuevo a los cauces que más le interesaba, sosteniendo bien las acometidas rivales y, sobre todo, buscando matar el encuentro a la contra. Con los gijonenses volcados, aparecían unos espacios muy interesantes que trataron de explotar en varias ocasiones, aunque sin éxito. Eso mantuvo con vida a un Sporting que en el tramo final achuchó de lo lindo. Cote trató de sorprender con un zapatazo desde la frontal pero el balón se le fue rozando el larguero a falta de un cuarto de hora. Instantes después, Jonmi realizó una de esas paradas que valen tres puntos deteniendo el disparo de Insua a bocajarro a escasos dos metros de la línea de gol.

El Amorebieta trabajó en defensa de forma incansable, tuvo momentos de sufrimiento, pero siguió buscando la sentencia del partido. La encontró ya en el añadido por mediación del carismático Ryan Edwards, que anotó una gran diana con disparo potente cruzado para delirio de la afición zornotzarra, que despidió a los suyos al grito de «sí se puede».