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Fernando Romero
Sábado, 12 de agosto 2023, 14:46
Un empate puede saber a poco, pero también a mucho. En el caso del estreno del Amorebieta de este viernes en Lezama, podría decirse que está en un término medio. Sumar ante el Levante en la primera jornada de competición es desde luego positivo. Pero ... queda cierto sabor agridulce porque por momentos dio la sensación de que los azules se quedaron un poco a medias.
No se deben obviar las dimensiones del adversario, uno de los gallos llamados a estar sí o sí en la pelea por el ascenso, pese al enrarecido ambiente que rodea al conjunto granota. En Lezama, se pidió la 'cabeza' de Calleja y varios aficionados recriminaron a los jugadores que se acercaron a saludarles tras el choque. La herida por el no ascenso sigue muy abierta.
En lo que al equipo de Haritz Mujika se refiere, condicionado claramente por la falta de efectivos en la plantilla, protagonizó varios momentos interesantes a lo largo del encuentro. Tras la toma de contacto inicial, se adueño del juego y fue capaz de encerrar sobre su área a todo un Levante. Le faltó concreción en los metros finales y el remate. Fueron buenos minutos, con un juego alegre y similar a lo planteado por el técnico de Pasajes durante la pretemporada, con más balón jugado y creando desde atrás.
Rayco fue un puñal, Carbonell se movió por todo el campo para buscar balón y dar salida al juego, Iker Seguín demostró que el guante de su zurda sigue en perfecto estado de forma, Manu Hernando se mostró expeditivo… Por poner algún 'pero', la banda derecha estuvo menos participativa. Se echaron en falta las incursiones de Mier y más participación del joven Quintero, bien tapado, aunque en los pocos balones que tocó dejó destellos de la calidad que tiene. Sin embargo, el balón parado y una sucesión de errores permitió al cuadro azulgrana ponerse por delante, cuando hasta ese momento apenas había inquietado a Pablo Campos, la gran sorpresa de la alineación zornotzarra.
Tras ese gol, por nervios o por prisas, el Amorebieta dejó un poco de lado el juego por bajo y abusó por momentos de los envíos en largos buscando a un Eneko Jauregi que se pegó con todo y con todos para intentar dar aire al equipo.
Tras el descanso, se vio una imagen más reconocible del Amorebieta de siempre. Aquel que ahoga al rival en su propia área y acumula muchos jugadores en campo contrario. Esa intensidad innegociable de los de Urritxe que les sirvió para recuperar un balón en la frontal y anotar, con mucho suspense debido a la intervención del VAR, por mediación del pichichi Jauregi. Después, tocó enfundarse el mono de trabajo para frenar las acometidas visitantes, una fase en la que el trabajo menos vistoso de jugadores como Sibo o Edwards salió a relucir.
Las estadísticas del partido constatan que el Amorebieta remató más, sacó más saques de esquina y tuvo un porcentaje de pases completados muy similar que los de Javi Calleja, que en sala de prensa no dudó a la hora de afirmar que los zornotzarras son un equipo «que viene de una dinámica muy positiva tras el ascenso». «Es un rival con muy buen trabajo a su espalda, un equipo que va a dar guerra en casa y fuera de casa, que también viene con máxima ilusión», añadía el técnico granota sobre los vizcaínos.
Los azules dejaron señales positivas e interesantes del rendimiento que pueden ofrecer esta temporada en LaLiga Hypermotion, aún tienen mucho margen de mejora. Un paso adelante que deben dar en estas más de dos semanas que quedan hasta el cierre del mercado de fichajes.
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