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Fernando Romero
Domingo, 21 de enero 2024, 17:38
El Amorebieta es un equipo de dos caras. Es capaz de plantar cara y jugar con sentido ante rivales que le dejan espacios y con un plan de partido que pasa por el juego combinativo. Pero contra adversarios rocosos y urgidos por la necesidad, aquellos ... de 'su liga', el conjunto azul se muestra incapaz de generar apenas situaciones de peligro. Un problema que sumado a que el conjunto zornotzarra solo ha sido capaz de lograr cinco porterías a cero en liga, les ha llevado a la muy delicada situación en la que se encuentra: colista por segunda jornada consecutiva a ocho puntos de la permanencia.
El choque de este pasado sábado en Lezama contra el Eldense es una muestra más, como lo fueron el del Alcorcón hace un par de semanas. O el duelo de la primera vuelta ante el Cartagena, próximo rival de los azules. El Amorebieta se vio completamente superado por la situación. Cierto es que el tempranero e ilegal gol de Juanto Ortuño, en un flagrante fuera de juego que se dio por bueno ante el estupor y enfado de los jugadores y cuerpo técnico zornotzarras, fue un tremendo mazazo. Pero una semana antes, el Oviedo anotó incluso más temprano y ahí los vizcaínos sí fueron capaces de reaccionar. Pero lo fue porque se lo permitieron. Cosa que no hizo el conjunto de Fer Estévez.
Los alicantinos tiraron de pragmatismo, juego simple pero eficiente y una defensa escalonada y con muchas ayudas que incapacitó por completo a un Amorebieta sin ideas, sin ritmo, sin chispa. El aspecto mental le volvió a jugar una mala pasada a un equipo en el que las alegrías son muy pocas y en el que cada mazazo cada vez duele más.
«Me preocupa no ganar», decía de forma elocuente Jandro Castro a la conclusión del encuentro. «El día del Alcorcón, que era un partido parecido, no pudimos. En éste, tampoco. Y, sin embargo, cuando tenemos enfrente un equipo que propone más, con más espacios, nos sentimos mejor. Si no tenemos el balón sufrimos, y eso es lo que nos ha pasado», comentaba con cierto punto de resignación.
«No hemos estado bien, es la realidad. Tampoco había pasado mucha cosa en la primera parte. Ellos llegaron una vez, que es el gol, en fuera de juego clarísimo, y ya no pasó nada más», decía Jandro Castro tan enfadado como decepcionado. «Estamos en la situación en la que estamos porque nosotros nos hemos metido ahí, pero que no nos quiten nada», protestaba.
«El Eldense ha hecho un partido muy bueno y muy serio, pero el gol condiciona mucho el partido. Luego hay tiempo, pero en la situación en la que estamos es muy difícil levantarse de eso. Que nos teníamos que haber levantado, que teníamos que haber jugado mejor, sí. Pero la realidad es que el gol condiciona el partido», insistía el titular del banquillo de Urritxe.
Más allá de la jugada de la polémica, el técnico de Mieres trataba de buscar explicaciones al mal partido de los suyos. «Ellos han estado bien en segundas jugadas, en balones largos… situaciones que nos ha costado leer. En la segunda parte hemos empezado bien, el equipo mejoró y tuvimos llegadas, aunque no ocasiones claras. El mazazo del segundo gol fue duro. Luego con los cambios, estaba más descontrolado y a la contra tuvieron un par de jugadas para haber marcado otro», desgranaba Jandro.
«El rival ha estado muy bien en los aspectos defensivos y no hemos podido generar. Es un equipo muy serio y no hemos podido meterle mano por ningún lado. Es mérito del Eldense», elogiaba Jandro.
Jandro hizo debutar a dos de sus tres nuevos peones para tratar de desatascar el encuentro en la segunda mitad. Dio entrada a Troncho en el descanso y metió a Unzueta con veinticinco minutos por delante, aún con 0-1 en el marcador. «Han entrado en un partido difícil. Unzu no ha podido mostrarse mucho. Ángel ha tenido más presencia, ha encarado, ha centrado… Los dos nos tienen que dar mucho, pero en este partido no ha podido ser», indicaba al respecto.
El próximo encuentro para el Amorebieta le llevará a enfrentarse con el Cartagena, que en su duelo dominical se ha impuesto por 0-2 al Racing de Santander y ya le mete cinco puntos a los de Urritxe. Un duelo que se perderá Sibo por acumulación de amonestaciones y que será un partido absolutamente crucial para los azules si quieren mantener viva alguna mínima esperanza de poder salvarse. Así lo entiende también Jandro: «Para nosotros todo son finales, lo tenemos clarísimo. Juegas contra un equipo que también está abajo, también para ellos es una final. Veremos quién sabe jugarla mejor. La cabeza juega mucho y es difícil jugar estando ahí abajo. Cada partido es la vida».
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