El Amorebieta recupera la sonrisa

A Haritz Mujika le gustó la actuación de su equipo en El Molinón y para este encuentro mantuvo la disposición con cinco atrás, dando mucha altura a sus carrileros. El Amorebieta salió mandón, llevando el peso del encuentro y con ambición. Sin embargo, el peligro real lo generó el Tenerife mediante un juego muy vertical y veloz.

Jonmi Magunagoitia, el único portero en la convocatoria de los de Urritxe por lesión de Marino y la ausencia de Campos, con la sub21, además de un error administrativo imperdonable, se erigió protagonista en el primer cuarto de hora con dos intervenciones que sostuvieron a los azules. Primero, salió a los pies de Teto para negarle el gol. Y casi a renglón seguido, sacó con la pierna un remate a bocajarro de Enric Gallego tras lo que parecía una clara asistencia de Ángel.

Superado el susto, el Amorebieta insistió en su juego por bandas hasta encontrar su premio. Sibo y Dorrio combinaron bien en banda derecha para habilitar a Álvaro Núñez. El lateral encaró en el vértice del área y se sacó un zurdazo a la escuadra del segundo palo absolutamente imparable para Soriano. Gran diana de Núñez, la segunda de la temporada. A partir de ahí, el Amorebieta recuperó el timón del encuentro y se encargó de que sucediera más bien poco pese a las baldías intentonas de los de Asier Garitano.

Nada más arrancar la segunda mitad, el Amorebieta se topó de bruces con el colegiado debutante en la categoría Salvador Lax Franco. El murciano expulsó a los dos minutos de la reanudación a Sibo, una roja directa del todo excesiva, ya que el contacto en el centro del campo, con el árbitro a muy escasa distancia, fue prácticamente inexistente.

Visto el panorama, el Tenerife comenzó a cargar con todo sobre el área del Amorebieta, que bastante tenía con defender su exigua ventaja y fiar su suerte a cazar alguna contra. Dicho y hecho. El eléctrico Josué Dorrio arrancó con mucha potencia por banda izquierda, tiró un caño y se metió en el área para poner el balón atrás a Avilés, que la enchufó de primeras para alegría de la parroquia zornotzarra. Máxima efectividad, ya que fue el único disparo de los de Urritxe en toda la segunda mitad.

Con más de media hora por delante y un jugador menos, sobra decir que al Amorebieta le iba a tocar hacer un inmenso ejercicio de resistencia. Los azules plantaron dos muros en su frontal y en él murieron la gran mayoría de los ataques de un Tenerife desesperado que sólo estuvo cerca de inquietar con disparos lejanos.

Las fuerzas se equilibraron sobre el verde en los últimos compases, cuando Elady vio dos cartulinas amarillas en apenas dos minutos. Fue en el tiempo de descuento cuando los chicharreros tuvieron más cerca la opción de recortar distancias. Estrellaron dos balones en la madera y Jonmi volvió a volar para mantener su portería inmaculada.