Un Amorebieta obligado a reencontrarse

Los azules deben sacar conclusiones de este mayúsculo tropiezo ante el Leganés para reconducir su situación. Conjurarse, recuperar el espíritu de equipo solidario que siempre le ha caracterizado. Nadie dijo que esta segunda aventura en Segunda División para los de Urritxe fuera a ser ni mucho menos sencilla. Aunque las buenas sensaciones de la pretemporada y el arranque de competición invitaban a un mayor optimismo, los vizcaínos se han topado de lleno con la realidad de una categoría que no perdona.

El más mínimo fallo es castigado con severidad. Y los errores propios vienen condenando a los de Haritz Mujika desde hace ya varias semanas. El Leganés, ese espejo al que el técnico de Pasajes reseñaba que debían mirarse, fue enormemente práctico. Presionó, forzó los errores y no perdonó. El tercer tanto apenas iniciada la segunda mitad fue la puntilla para un Amorebieta que se fue diluyendo cual azucarillo con el paso de los minutos.

Son cinco jornadas ya sin lograr la victoria para el Amorebieta, que ha ido perdiendo escalones hasta instalarse en la zona de descenso. Las distancias, aunque aún mínimas aún, empiezan a aparecer. Dos puntos separan ya a los de Urritxe del Mirandés, el primer equipo fuera de la zona roja; tres al Eldense, su rival dentro de quince días; y cuatro al Oviedo, al que los azules reciben este sábado en Lezama.

Echando la vista atrás, el Amorebieta se encuentra a estas alturas de campeonato en una situación prácticamente calcada a la de hace dos temporadas. Entonces, los azules contaban con un punto menos en su casillero (8), tras ganar un sólo partido, empatar cinco y perder otros cinco. Aquel equipo bisoño en la categoría llegó a enlazar once jornadas sin ganar, también con el lastre de los partidos lejos de Lezama. Una dinámica a la que ni por asomo deberían acercarse este año por el bien de la frágil moral del vestuario.

«La mentalidad de cada jugador es un mundo. Yo he sido futbolista y estos partidos pasan. En un día en el que no te salen las cosas y al rival le sale todo, pues te meten seis», se resignaba un apesadumbrado Haritz Mujika en la sala de prensa de Butarque. «Hemos competido, hemos llegado, hemos tenido ocasiones pero no hemos marcado y hemos regalado dos goles. Así es difícil competir en esta categoría. Tenemos muchas cosas que mejorar», lanzaba en un mensaje que suena ya reiterativo.

La goleada encajada ya no tiene vuelta atrás y al Amorebieta no le queda otra que «mirar para adelante». «Que te metan seis es duro pero esto es fútbol y al final sólo hemos perdido tres puntos», espetaba Mujika tratando de buscarle el lado menos malo al varapalo sufrido contra el Leganés. «Tenemos que olvidarnos de este partido, corregir todo lo que se pueda corregir y empezar a pensar en el Oviedo». No queda otra.