El Amorebieta, que mandó ánimos a Garreta, se aferra a la permanencia con un triunfo crucial

La decisiva parada de Jonmi en el penalti lanzado por Ontiveros y los tantos de Unzueta, desde los once metros, y Edwards ya en los últimos compases del añadido dejaron los puntos en casa y colocan de nuevo al Amorebieta en una posición privilegiada para poder abandonar la zona roja.

El Amorebieta, obligado por las circunstancias, saltó al verde recuperando la línea de cuatro defensas atrás y una variable disposición en el centro del campo, alternando entre el 4-4-2 y el 4-2-3-1 en función de la fase del juego. Yriarte fue el compañero de Sibo en el eje, aunque contó con mucha libertad para descolgarse y buscar área. Jandro apostó por la doble punta con Unzueta por detrás de Jauregui.

El planteamiento inicial pasaba por una salida en tromba de los azules, como así hicieron, intentando acogotar a un Villarreal B que pudo contener los intentos de los zornotzarras. Al Amorebieta le fue mejor cuando el partido tenía más viveza, mientras que cuando el cuenta revoluciones bajaba el minisubmarino amarillo se sentía más cómodo.

Los de Jandro dominaron con claridad, pero faltó finura en los últimos metros. Ni los centros fueron del todo buenos ni encontraron la forma de perforar el entramado defensivo visitante pese a la acumulación de efectivos en las inmediaciones de la frontal. Así las cosas, los únicos disparos a puerta de toda la primera mitad fueron para el Villarreal B, que salía en velocidad cada vez que podía. Novoa probó fortuna con un disparo cruzado en los albores del encuentro bien resuelto por Magunagoitia, y Espigares rozó el gol en un remate de cabeza tras centro de Ontiveros desde la derecha.

En el tramo final del primer periodo, el Amorebieta pisó de nuevo el acelerador tratando de abrir romper el empate, pero sin tino. Su acción más peligrosa fue una falta que Morcillo puso con mucha intención al corazón del área pequeña pero que Pau despejó con la testa.

Todo lo que no pasó en los primeros cuarenta y cinco minutos sucedió en el arranque del segundo periodo, con notable protagonismo del estamento arbitral. No había llegado al 47' cuando Trujillo Suárez mostró la roja directa a Espigares por una falta al borde del área sobre Jauregi, que enfilaba ya la portería visitante en velocidad.

La alegría le duró poco al Amorebieta, apenas cuatro minutos. Lo que tardó en aparecer el VAR para advertir al trencilla canario de una posible mano de Gayá en área pequeña. Una de esas manos que en el fútbol de toda la vida nunca serían sancionadas, pero que en el actual acaban suponiendo el castigo desde los once metros. Ontiveros fue el encargado de lanzar la pena máxima, pero una vez más apareció Magunagoitia para hacerse gigante y detener el lanzamiento con una parada prodigiosa.

En el ida y vuelta en el que se convirtió el partido, el Villarreal dio un importante susto por medio de un Ontiveros que se echó el equipo a la espalda. Por fortuna, su disparo se fue ligeramente desviado. Un par de lances después, un algo desaparecido Josue Dorrio fue agarrado claramente en el área por Marcos. Trujillo Suárez lo vio claro y señaló el segundo penalti del partido. Iker Unzueta, con su habitual saltito, lo mandó al fondo de la portería para desatar la alegría en Lezama. En la celebración, el delantero de Abadiño mostró el mensaje que portaba bajo su camiseta: «Esto va por ti, Félix. Te queremos».

El tanto encarrilaba el partido para los zornotzarras, pero ni mucho menos lo dejó decidido. El Villarreal B no bajó los brazos y pasó a controlar el balón, arriesgando en ataque. Los azules lo intentaron aprovechar con rápidas salidas a la contra. Fueron momentos de nervios y tensión en el verde. Más aún durante los largos diez minutos de alargue, en los que Jurgen Locadia pudo inaugurar su casillero anotador en un par de ocasiones. En la última, el neerlandés mandó el balón al palo, pero apareció Edwards para cazar el rechace y firmar la sentencia en el último minuto.