El Amorebieta logra un batallado punto ante el Zaragoza

El nuevo Amorebieta de Jandro Castro se estrenó con pocos retoques en cuanto a los nombres que protagonizaron el primer once del técnico asturiano, que sí modificó el dibujo táctico. Recuperó la línea de cuatro defensas sacrificando a Gayá para mantener a Félix acompañando a Hernando en la pareja de centrales. Además, metió de salida al pichichi Eneko Jauregi como referencia para el ataque y sentó a Avilés, que enlazaba siete titularidades consecutivas.

El cuadro zornotzarra salió con ímpetu, como se podía esperar de un equipo que necesita remontar sí o sí y que arrancó el encuentro como colista tras la sorpresiva victoria del Alcorcón ante el Eibar. Esa intensidad tuvo un tempranero premio en forma de claro penalti del meta Dani Rebollo sobre Dorrio, que entró como un tren al área y acabó siendo arrollado por el cancerbero zaragocista. Sin embargo, Eneko Jauregi ajustó tanto la ejecución desde los once metros que acabó mandando el balón fuera.

No se vino abajo el cuadro azul con el error, más bien al contrario. Buscó ser protagonista con el balón y mandar en el juego ante un Zaragoza que sufría para contener el despliegue de los de Jandro Castro. El Amorebieta logró decantar la balanza a su favor a balón parado, una de sus teóricas fortalezas pero que hasta ahora le había dado más disgustos que otra cosa. A la salida de un córner, Félix logró controlar el balón en punto de penalti y, sin dejarlo botar, empalmó una potente volea ante la que nada pudo hacer Rebollo.

El Amorebieta se gustaba y gustaba también a la afición azul, al mismo tiempo que silenciaba la poblada grada visitante. Dorrio estuvo a punto de anotar uno de los goles de la temporada en una ruleta que se inventó en el pico del área pequeña, pero el balón se marchó fuera por muy poco. El extremo bilbaíno lo intentó de nuevo minutos después con un doble remate que, tras varios rechaces, no encontró puerta.

El Zaragoza fue creciendo en el partido a partir de la media hora. Le quitó el balón al Amorebieta, pero los azules no sufrían muy bien plantados en el verde. En uno de sus tímidos acercamientos Valera remató muy desviado. Más peligro llevó el centro raso desde la derecha que Mollejo no alcanzó a rematar en primer palo y que se paseó por todo el área pequeña.

Pese al empuje año, la situación parecía controlada por el Amorebieta. Fue entonces cuando, a falta de tres minutos para el descanso, el colegiado pitó penalti de Sibo en un forcejeo dentro del área. Una pena máxima que, a diferencia de los de Urritxe, no desaprovechó Maikel Mesa para empatar. Antes del descanso, Morcillo probó fortuna con un latigazo que le sacó astillas a la escuadra de la portería aragonesa.

Los de Julio Velázquez entraron con una marcha más a una segunda mitad emocionante y que tuvo alternativas en las dos porterías. Al Amorebieta le costó reaccionar, pero cuando lo hizo fue capaz de generar mucho peligro. Jauregi acarició el gol tras un bien servicio de Lasure, pero no se esperaba el fallo del central y remató demasiado forzado. También Sibo pudo poner de nuevo en franquicia a los de Urritxe, pero su remate a bocajarro en un barullo dentro del área acabó en el cuerpo de un zaguero visitante.

El intercambio de golpes que fue el segundo periodo periodo tuvo un punto álgido a la hora de juego. Toni Moya estuvo a punto de anotar de duro remate que un omnipresente Félix Garreta sacó sobre la línea. A renglón seguido, Dorrio logró romper en velocidad para plantarse sólo ante el portero, pero su remate lo estrelló en el pecho de Rebollo.

El encuentro mantuvo la tensión y la emoción hasta el final. A medida que avanzó el crono, el juego se fue abriendo y el balón circuló con rapidez de lado a lado. Morcillo, poco antes de ser sustituido, probó de nuevo con un chut potente desde la frontal que atajó Rebollo. Avilés, en un libre directo, mandó el balón junto a la escuadra. Pero también el cuadro blanquiazul pudo matar a la contra. Ninguno acertó.