Fernando Romero
Lunes, 15 de enero 2024, 20:40
La delicada situación del Amorebieta no invita precisamente al optimismo, pero el duelo del Carlos Tartiere ante el Oviedo y las buenas sensaciones mostradas durante buena parte de ese encuentro, en el que merecieron incluso mayor premio, otorgan a los de Jandro Castro un punto ... extra de confianza en su complicado reto de lograr la permanencia.
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El Amorebieta logró sumar y estuvo cerca de ganar a un Oviedo que en su feudo sólo había perdido un encuentro y que enlazaba catorce consecutivos sin perder. Y eso que el enfrentamiento empezó de la peor de las maneras, encajando un gol antes del minuto tres de partido en un grosero error en la marca.
Lejos de acusar el golpe, el Amorebieta esta vez sí dio ese paso adelante tan reclamado en otros choques y fue capaz de dominar a su rival a base de empuje pero sobnre todo con buen juego combinativo y de toque. La mano del míster empieza a notarse en ese sentido. Además, fue capaz de anotar a balón parado, una faceta del juego en la que ofensivamente se ha mejorado desde la llegada del técnico mierense.
Entre las varias buenas noticias que dejó el partido, la más reseñable es la recuperación de Eneko Jauregi para la causa. Dos goles consecutivos lleva el pichichi del curso pasado, uno ante el Celta y el anotado en el Tartiere, que pudieron ser dos de no ser por la madera. Una lesión y la posterior falta de minutos le condenaron al ostracismo durante un buen puñado de jornadas. Ahora parece haber vuelto a su mejor versión, justo cuando el equipo más le necesita.
Porque pese a sumar un punto en esta jornada, el resto de resultados no es que hayan precisamente acompañado. Especialmente la goleada que le endosó el Cartagena al Villarreal B, que ha supuesto que los azules caigan a la última plaza por primera vez en toda la temporada. Tras un buen arranque de curso, con buenas sensaciones, los azules han ido perdiendo fuelle. La derrota en el derbi de Lezama en la décima jornada metió a los zornotzarras en una zona de descenso de la que ha sido incapaz de salir. Más bien al contrario, los de Urritxe han ido viendo como la brecha se iba haciendo más y más grande.
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Del lado positivo, y pese a ser el farolillo rojo, el Amorebieta está un punto más cerca de la permanencia que antes del parón navideño. Eso sí, el salto es de aún siete puntos con el Huesca, el primer equipo fuera de la zona roja.
El próximo mes de competición se antoja vital para un Amorebieta que se siente con fuerzas más que suficientes para darle la vuelta a su muy complicada situación. Lo será porque de los cuatro compromisos que debe afrontar en las próximas semanas, tres serán en Lezama. Convertir las instalaciones rojiblancas en un fortín inexpugnable es el gran objetivo. Si se consigue, ya no sólo los números le darían opciones a los azules para creer. También un tremendo empuje a nivel moral y de confianza, algo de lo que también han estado muy necesitados.
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