El Amorebieta, ante su primera gran reválida

Hasta ahora, todos los partidos han sido importantes, y todos los seguirán siendo hasta que el calendario alcance su fin en mayo. Pero este choque ante el Málaga es la primera gran reválida para los de Iñigo Vélez de Mendizabal de cara a la recta final de la competición. Los vizcaínos están en zona de descenso, como casi todo el curso, pero con el convencimiento de que esta vez la moneda saldrá cara. Los andaluces, un gigante con pies de barro, marcando la frontera con la zona roja. Siete puntos les separan en la clasificación. Los primeros quieren estrechar esa brecha y recuperar el terreno perdido tras caer ante Leganés y Valladolid. Los segundos, convertirla en un abismo que podría dejar prácticamente en la estacada a un rival directo. Sin olvidar tampoco el average particular entre ambos, de momento favorable a los azules tras el 1-2 de la primera vuelta.

«Está en nuestra mano», repitió media docena de veces Iñigo Vélez en su comparecencia del viernes. Y así es. El Amorebieta sabe qué es lo que tiene que hacer para ganar este partido. Debe volver a ser un equipo valiente, intenso, que atosigue a su rival con sentido, incansable, vertical y directo. Pero sobre todo sabe lo que no debe hacer si quiere salir airoso. Está obligado a reducir a la más mínima expresión esos errores y faltas de concentración que han sido regalos caídos del cielo para sus adversarios.

El vestuario está tremendamente motivado de cara a este partido. 'Si ya fuimos capaces de derrotar al Málaga en La Rosaleda, ¿por qué no repetirlo?', deben de estar rumiando para sus adentros. Un partido aquel que probablemente tenga o poco nada que ver con cómo se desarrolle la batalla en Lezama. Aquella victoria, por cierto, fue el origen de la crisis del conjunto que ahora entrena Natxo González, que acude al choque con todas las alarmas encendidas e inmerso en una dinámica negativa de la que los zornotzarras tratarán de sacar provecho.

Se prevé un partido largo, tenso, y puede que incluso bronco por momentos debido a que ambos se juegan prácticamente la vida. Saber gestionar esos nervios propios, y también jugar con los ajenos, será otra de las claves de esta 'primera final' para un Amorebieta que lleva sufriendo y disfrutando a partes iguales durante toda la temporada. Están dispuestos a dar un nuevo golpe sobre la mesa al abrigo de su afición, que volverá a arropar a los suyos. El factor campo puede ser otro de los determinantes.

Para afrontar este encuentro, Iñigo Vélez tiene a su disposición a la práctica totalidad de sus efectivos. Ozkoidi y Aimar serán los únicos que no estarán en la lista de 23 convocados al no estar aún plenamente recuperados de sus respectivas dolencias. Tampoco Mikel Saizar ni Asier Etxaburu, en este caso por decisión técnica. El que sí está en esa convocatoria de nuevo, y presumiblemente en el once inicial, es Álvaro Peña, que se perdió la pasada jornada por una indisposición de última hora. El centrocampista puede ser uno de los jugadores clave en una parcela del campo en la que el Málaga ha perdido a uno de sus principales baluartes, Alberto Escassi, ausente por sanción. Esa baja hará probablemente que los blanquiazules presenten un dibujo distinto al hasta ahora habitual.

Las dudas sobre la alineación que pueda presentar el técnico vitoriano este domingo son las habituales. Iker Seguín o Andoni López en el carril izquierdo, el tercer peón en el centro del campo junto a Bilbao y Peña, y adivinar quién formará dupla con Gorka Guruzeta en la punta de lanza. Si el técnico es fiel a sus últimas rotaciones, será Sergio Moreno.

En el Málaga, Natxo González no podrá contar, además de con el sancionado Escassi, con Hichan y Jairo, mientras que recupera a Juande, Paulino y el canterano Andrés Caro.