Javier Beltrán
Miércoles, 9 de octubre 2019, 00:50
Hace dos años, el entorno del Athletic se sorprendió ante el fichaje por parte del club de dos futbolistas que por su edad, 23 y 22 años, no parecían encajar en el Basconia. Thaylor Lubazanbio Aldama e Iker Amorrortu debían aportar su experiencia para ... ayudar a que el segundo filial rojiblanco remontase su mala situación en la tabla clasificatoria. Por las vueltas que da el fútbol, el primero de ellos entrena desde hace un mes en el Urduliz, de Tercera, con la intención de hacerse con un hueco en Segunda B. «Ha sido un mercado de lío», afirma para explicar su actual situación tras truncarse la opción del San Sebastián de los Reyes y del Apollon, de la Segunda División de Grecia.
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Criado en el barrio bilbaíno de Uribarri, Thaylor (27-2-1994) pasó, entre otros equipos por el Danok Bat, el Celta B, Caudal de Mieres, Eibar, UD Logroñes y Real Unión antes de enrolarse el pasado mes de enero por el Coruxo. En el club gallego solo pudo disputar ocho encuentros lastrado por una lesión en los isquiotibiales en la pretemporada anterior en Lezama. Su escasa participación y el hecho de no haber anotado ningún tanto le orillaron de los focos. «No estuve a gusto por muchas razones, algunas extradeportivas», explica. Le ofrecieron renovar en Vigo y lo rehusó. Lo que no podía imaginar es que el verano se torcería tanto y se quedaría sin equipo.
A finales de julio estuvo una semana probando con el San Sebastián de los Reyes en el stage de verano en San Pedro de Pinatar, en Murcia. Su director deportivo, Javier Casquero, le convenció para sumergirse en la experiencia. Sin embargo, acabaron firmando para el ataque a Emaná, aquel camerunés que triunfara en el Betis hace casi una década: «Era un proyecto muy bueno, con 'pasta', campo nuevo, inversiones, pero se decantaron por gente contrastada. Hubo mala suerte», relata. El Apollon de Grecia le tentó, pero no se aventuró pese a que la oferta no era mala. En su situación actual tiene también su parte de responsabilidad el «lamentable» asesoramiento de su agente. «Eso es muy importante para poder encontrar equipo», explica.
La lesión de tres meses en Lezama y la falta de gol le penalizan: «Llevo dos años sin marcar y me está lastrando. Se me han juntado varias cosas. La temporada que marque varios goles... pero hay que marcarlos. Pregunto a los entrenadores que he tenido que qué me falta que no exploto y me dicen que son los goles. Creo que el juego lo tengo. Me asocio muy bien, doy asistencias, me vacío, pero a los delanteros nos miran el casillero de goles al final de temporada«. Este fin de semana estuvo a punto de ver en directo en Balaídos el Celta-Athletic, para seguir en directo a viejos amigos. En su filial compitió con los Santi Mina, Rubén Blanco, Jony o Costas. »A veces me pregunto si podría estar ahí, pero...«, relata el delantero bilbaíno.
Con 128 partidos en Segunda B a sus espaldas, pelea en el Urduliz para reengancharse al fútbol, su verdadera pasión. El técnico del conjunto vizcaíno, Nando Alonso, le conoce de su etapa en el Danok Bat. «Para salir fuera y encontrarme con la misma situación del Coruxo, 'ni de palo'. Me estoy metiendo caña y estoy muy agradecido al Urduliz», explica el futbolista, refugiado con los suyos en la casa familiar de Llodio. Ha descartado ofertas de Tercera de Aragón y de Catalunya, y alguna de Bizkaia muy reciente. «Ando esperando, confío en que me llame algún equipo de Segunda B que esté mal», concluye el ariete.
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