El Leioa se clasifica para la Copa tras sufrir lo indecible ante un Tropezón con uno menos

Los de Torrelavega dieron una sólida imagen y hasta pusieron un nudo en la garganta de los locales cuando lograron un gol en el minuto 92. Pero el árbitro anuló el gol de Palacio porque se encontraba en claro fuera de juego. Hubiese sido el sello de un empate injusto, porque los locales hicieron méritos para endosar una goleada a su rival.

Debieron de sellar la victoria en una primera mitad de claro dominio para los de Sarriena. Abrió el marcador Koldo Berasaluze poco antes de la media hora de juego. Estaba con la caña puesta en el área. A él le vino a parar el rechace del portero, que desvió el balón tras el pase por banda derecha. Su disparo raso al palo corto fue inapelable, con Juan Martín batido. El dominio de los de Sarriena siguió. Hasta hubo un gol anulado para los locales, por falta previa. Fue en el minuto 27, al saque de un córner, cuando marcó Yurrebaso a placer.

Hubo más ocasiones para los de Bilbao, pero no se sentenció. Y en la segunda parte pudo llegar la goleada, sobre todo cuando los cántabros retrasaron líneas cuando se fue Mier, al ver la segunda amarilla. El Leioa para entonces se había diluido en el juego tosco de los de Torrelavega, un equipo de Tercera División que creó apuros en jugadas a balón parado.

Hasta que pasado el minuto 60 se pusieron los azulgranas a lo suyo. A tocar balón y a crear juego, con buenas triangulaciones, abriendo espacios y encontrando fisuras en la zaga rival. En el 66, Yurrebaso tuvo un disparo franco desde la frontal, pero su chut salió flojo y centrado, a las manos de Juan Martín.

Un minuto después, en ese carrusel de ocasiones, una penetración de Ruly no la pudo enganchar Yurrebaso. El extremo local trajo en jaque a la defensa y mandó un pase al que el delantero centro no llegó por centímetros. Tan sólo un minuto después llegó otra réplica similar. Con Ruly entonado, se fue por velocidad por la banda derecha de ataque y su pase atrás tampoco lo pudo cazar Yurrebaso. Fueron los minutos de mayor superioridad para los de Sarriena. Pero no sellaron la victoria.

Y se fueron diluyendo en los minutos finales con el marcador por delante. El premio al tesón llegó en el 79. Fue una jugada de listos. Aitor Morcillo vio claro el desmarque por el centro de Asier Goti, metió el balón por el mismo centro y batió a placer a Juan Martín. Todo bien, hasta que el Tropezón apretó en los minutos finales y el Leioa casi acaba pagando su exceso de confianza.