Los malos resultados de la Liga condenan al descenso al Leioa

Arrancaron los de Sarriena con un presupuesto muy modesto, el más reducido del grupo, con el entrenador Iker Bilbao al frente. Los casos de coronavirus se cebaron con la plantilla, que vivió tres episodios por contagio de jugadores. El más grave afectó a media docena de integrantes de la plantilla y a algunos técnicos. Esto obligó a suspender varios partidos y a jugar a razón de tres por semana. La irregularidad se notó en forma de lesiones y cargas musculares, en un equipo que añadió el desgaste de las eliminatorias de la Copa Federación hasta llegar a jugar la Copa del Rey, en cuya primera ronda cayeron contra el Villarreal (0-6).

Los cambios han sido muchos en la Sociedad Deportiva. El entonces presidente del club, Javier Landeta, se presentó como candidato para la Federación Vasca de Fútbol y ganó las elecciones. Le sustituyó Marga Landeta al frente de la entidad azulgrana. Y su decisión, con el respaldo de la Junta Directiva, fue cambiar de entrenador. A Iker Bilbao le sustituyó Andoitz Galdós, que dirigió al equipo en el último partido de Liga, siendo farolillo rojo del grupo.

Fue un cambio que apostaba por el largo plazo, para planificar el futuro porque parecía imposible salir del agujero clasificatorio. Galdós le ha dado un aire más pausado al Leioa, que toca desde atrás, sacando el balón jugado, ofrece apoyos y elabora las jugadas para llevar peligro al área contraria.

El domingo perdió contra el Ejea (2-1) porque les faltó acierto, como el resto de la campaña. Galdós rechaza que cayesen por casualidad: «Lo que nos ocurrió es porque no estuvimos bien posicionados en algunas fases del partido. En el intercambio de golpes podía haber pasado cualquier cosa. Y nosotros lo que queremos es ser los dominadores y que no te puedan pillar». Pero en esos instantes de ataques alternos, el Ejea acertó con un gol psicológico en el descuento de la primera parte. Fue Segovia el autor del 1-0. Y Carracedo aumentó la cuenta en el 60. Diez minutos después, Yurrebaso estableció el 2-1. A partir de ahí los azulgranas comandaron el juego, pero el marcador no se movió.

«Teníamos la ilusión de ser capaces de intentar el milagro», reconoce el técnico. Ahora su intención es jugar el resto de partidos con el mismo afán de ganar para levantar la moral de cara al arranque de la siguiente campaña, ya en Tercera División.

El plan es «renovar a la gente que va a ser la base del proyecto que hagamos, e intentar el ascenso. Se trata de reforzar la plantilla lo mejor que podamos, porque creo que tenemos un proyecto ilusionante en Tercera con las instalaciones tan espectaculares de las que disponemos y el estilo de juego que tenemos»