iñigo sánchez de luna/
Leioa
Miércoles, 26 de febrero 2020, 15:52
El lateral derecho del Leioa, Aitor Morcillo, es una de las piezas claves en el esquema de su entrenador Jon Ander Lambea, en una temporada donde no ha tenido mucha fortuna con las lesiones que le han obligado a perderse la mitad de las ... jornadas que se llevan disputadas. En las que ha podido entrar en convocatoria, prácticamente ha jugado el encuentro completo acumulando 1.005 minutos, a los que se suman los noventa del partido de Copa del Rey frente al Cartagena.
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El jugador guipuzcoano recuerda que «comencé la temporada jugando, pero en la tercera jornada me lesioné al poco tiempo de empezar el encuentro», frente al Valladolid Promesas. Superado este primer trance, volvió a entrar en el once inicial, sin embargo «me volví a lesionar», lo que le mantuvo fuera de los terrenos de juego durante seis partidos consecutivos.
Ahora superado estos trances «no tengo ninguna molestia y estoy jugando con asiduidad, en ese aspecto estoy bastante contento», reconoce. Una felicidad que no es completa debido a la trayectoria del equipo luchando por la permanencia. Morcillo achaca está situación a las «cinco derrotas consecutivas en el inicio del campeonato que nos han lastrado mucho».
El defensa azulgrana que llegó hace tres temporadas del Sestao, defiende que está «todo muy apretado. Ganas un encuentro y sales de la quema, pero pierdes en la jornada siguiente y vuelves a caer al pozo». Ante esta igualdad se muestra convencido que «todo se va a resolver en el último tramo de liga».
La clave para no perder la categoría pasará por «no bajar los brazos en ningún momento. Quién lo haga va a tener muy complicado mantenerse», advierte. En el caso de su equipo «estamos en buena dinámica y debemos seguir así para sumar cuanto antes los puntos necesarios para la permanencia y no pasar apuros al final».
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Morcillo apunta como una de las virtudes del Leioa contar con «una idea muy clara de juego que pasa por jugar el máximo tiempo posible en campo rival». Según su análisis «en defensa estamos bastante sólidos, pero quizás nos falta materializar algunas más de las ocasiones que contamos en portería rival», reconoce.
De sus tres años defendiendo la zamarra azulgrana «esta es la más complicada de todas». En la primera «no pasamos ningún apuro clasificatorio, en la siguiente nos clasificamos para Copa del Rey y esta toca pelear por salir de abajo». Pese a todo, el balance de su estancia en Sarriena resulta «muy positivo, es un club humilde y familiar, algo que se agradece mucho dado que puedes hablar con el presidente, directivos o cuerpo técnico sin problemas», concluye.
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