El Leioa da una bocanada de aire tras ganar por mínima al Lizarra

El engranaje del nuevo juego del Leioa va tomando cuerpo. Galdós apuesta por sacar jugado el balón, al toque, y enhebrar en ataque con una presión zonal alta. Conceptos complicados de asimilar en tan pocas jornadas, pero que van calando. Y ayer fue la demostración. Porque si algún equipo necesita credibilidad es el Leioa, que tiró de ambición y se encontró con el resultado de cara, algo que se le niega la mayor parte de las jornadas.

Llegó el gol tempranero, rebasado justo el primer cuarto de hora, en una acción de solidaridad e inteligencia. Jaime Dios sirvió para que bajase el cuero Gorka Garai, que vio a Yurrebaso en el área pequeña. A él fue el envío paralelo a puerta, pero ante la oposición de un defensa que tenía encimado, Yurrebaso decidió dejar pasar el cuero entre las piernas para que Raly Cabral, cinco metros más atrás y solo, rematase a placer.

Los azulgranas merecían un arranque así, tan atípico en Sarriena. La tranquilidad del 1-0 fraguó. Los de Pablo Álvarez llegaban en contadas ocasiones a firmar alguna penetración. Fundamentalmente lo hicieron por banda izquierda, pero la zaga local achicó sin problemas. Todo era miel sobre hojuelas, hasta que el lateral zurdo del Leioa tuvo que retirarse en el 41 lesionado. A Roger Marcé le sustituyó Sergio García, un extremo, y se temió que el peligro llegase por ahí. Pero ayer se exhibió solidez. Hasta el punto que el Izarra, con equipaje naranja, pareció tibio.

Tras la reanudación, el conjunto navarro quiso llevar la batuta. La tuvo en sus botas Asier Parra a pase de Oli, en el minuto 56. De espaldas a puerta, probó de tacón, y el balón salió desviado unos pocos centímetros tras tocar en un defensa. El saque del córner acabó con un balón que llegó a Eguaras, quien empalmó un disparo raso que atrapó De Miguel.

La réplica de los de Sarriena llegó en el 60. Al disparo de Garai, escorado a la izquierda, respondió Iricibar desviando a córner con los pies. El encuentro era para entonces un toma y daca, con alternativas por ambos bandos. Pero la intensidad local acababa en robos en el centro del campo y contras que llevaban más peligro.

La balanza se podía inclinar hacia cualquier lado cuando Raly Cabral tuvo la ocasión más clara, en un disparo que le salió demasiado cruzado. Y por parte visitante, ya en el 89, Laborda cazó un balón escorado en el área para empalmar un chut muy potente y raso que blocó De Miguel. El cancerbero local, habitualmente suplente porque juega Iturrioz, estuvo inmenso. Atento siempre, tocando bien con los pies para sacar jugado el balón y atajando algunos centros envenenados.

Los azulgranas hasta pudieron poner la guinda que se ganaron a pulso. En una contra, el balón le llegó a Raly al que Iricibar hizo falta al salir con los pies por delante en el uno contra uno. Jaime Dios falló la pena máxima, que golpeó en la base del poste izquierdo. Y así acabó un encuentro que abre un hilo de esperanza a un Leioa con una propuesta futbolística muy diferente a la que expuso en la competición de la regularidad.