Un derbi pasado por agua

Unzueta y Obieta dejaron pronto en evidencia a los dos centrales del Leioa. Los superaron en velocidad incluso cuando les tocaba conducir el balón. Y así llegó el 0-1, en el minuto 36. Fue en un balón largo despejado por la defensa con el que se hizo Unzueta, quien dejó atrás a Beresaluze y a Juaristi para plantarse sólo ante De Miguel, al que batió de un duro disparo. El cancerbero llegó a tocar el balón, pero no pudo evitar el tanto del Amorebieta, todavía líder del grupo.

En el minuto 40, Obieta quiso seguir los pasos de su compañero con otra cabalgada en la que dejó atrás también a los defensas del Leioa. Sin embargo, culminó mal su acción porque su disparo se marchó desviado. El Amorebieta pudo sentenciar en la primera parte, en la que fue claramente superior a un conjunto azulgrana que eludió el juego directo.

Parece que el técnico local, Iker Bilbao, grabó a fuego a sus pupilos que había que jugar de otra manera para sacar algo positivo del del derbi. El Leioa captó el mensaje y cambió por completo tras su paso por los vestuarios. Los locales completaron una segunda mitad aseada en la que fueron superiores al líder, crearon más peligro y se dejaron de pases en corto y toques inútiles. A la primera ya buscaban a algún compañero adelantado, como reclamaba el campo, y su fútbol se volvió más directo e incisivo.

La recompensa a la transformación del Leio llegó muy pronto, en el minuto 51. Albisua se hizo con un rechace en el área y, cuando se iba a girar, cayó derribado por Mikel Álvaro. El colegiado Alberto González no dudó ni un instante y decretó pena máxima. Goti asumió la responsabilidad y se encargó de canjear el penalti por el empate. Lo hizo con un disparo raso y centrado, que engañó al portero Salzar.

Curiosamente, cosas del fútbol, el mismo hombre que cometió el penalti sobre Albisua salvó de la derrota a los suyos en el minuto 65. Garai empalmó un fuerte disparo en el área que llevaba impreso la etiqueta de gol, pero el balón se estrelló en Mikel Álvaro, muy comprometido con las tareas defensivas. El Amorebieta buscó fortuna en algunas incursiones puntuales, pero al final los dos equipos fueron abortando cualquier acción de ataque rival. Las defensas gobernaron el derbi y no permitieron que le marcador se volviera a mover.

Ninguno de los dos equipos prescindió de sus opciones, pero salvo en jugadas a balón parado, en las que se produjeron embotellamientos, hubo pocas opciones. Una muy buena fue la falta cometida sobre Garai al borde del área, pero el tímido centro-chut acabó en las manos de Salzar. Al final, el reparto de puntos hizo justicia a lo visto en Sarriena.