javier beltrán
Jueves, 17 de octubre 2019, 09:47
Gorka Santamaría (3-7-95) es el hombre de moda en la categoría de bronce. Encima anotó el pasado sábado el gol 1.000 del Badajoz en Segunda B ante el Villarrobledo en un doblete para remontar el marcador con dos testarazos en apenas ... dos minutos (73 y 75). De esta forma, su equipo asume el liderato del Grupo IV por primera vez en 16 años. «Puede ser que esté en uno de mis mejores momentos futbolísticos y anímicamente también», lanza el ariete, que salía de una contractura en el isquiosural de dos semanas.
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Tras sus tránsitos por una cesión del Athletic en el Cádiz, Recreativo, y Sporting de Gijón, el delantero se siente realizado y enriquecido en su vida personal que se traslada a la balompédica: «En Badajoz he encontrado estabilidad, he encontrado un equipo con características que me favorecen y la verdad es que no me puede estar yendo mejor todo, a nivel futbolístico y a nivel personal«, relata el canterano rojiblanco, que suma 5 de los 12 goles. Santamaría llegó a ser un pilar en el Bilbao Athletic de Segunda División con Ziganda (34 partidos y 7 goles) tras anotar 18 tantos en el ascenso del filial rojiblanco.
El delantero del barrio bilbaíno de San Adrián recuerda que en Gijón y Huelva compaginó, en una sola temporada, hasta «tres entrenadores diferentes», lo que no le permitió alcanzar su ansiado equilibrio existencial «en cuanto a un sistema de juego e ideas de un entrenador y de otro completamente diferentes», desliza. Un hecho que se reflejaba en el verde. Y en Cádiz, en su primera cesión en Segunda en la Tacita de Plata, recuerda que no descolló por falta de oportunidades: «No jugaba tanto (16 partidos, la mayoría incompletos), creo que hubiera hecho goles, pero eso no se puede decir porque no jugué». El curso pasado sumó 35 partidos con el Sporting B en los que marcó 10 goles, convirtiéndose en el máximo anotador del filial astur. Al no contar para el primer equipo hizo el petate rumbo a Badajoz, donde ha dado en el clavo.
El objetivo personal ahora, a sus 24 años y con cierta madurez, gira en explotar en el Badajoz a base de «jugar los máximos partidos posibles», sin marcarse una cifra de goles, como acostumbra desde sus tiempos en las inferiores de Lezama acompañado de su hermano gemelo Ander Santamaría, actual central en el Portugalete. Es el pichichi actual del Grupo IV empatado con esas cinco dianas con Antonio Domínguez, delantero del Algeciras. A nivel colectivo, Gorka confía en «ascender con el Badajoz, no tengo otra cosa en la cabeza», subraya un rematador consumado como está demostrando en el campo del Nuevo Vivero, donde el público espera sus impulsos en el área en busca de los centros o su pelea constante abriendo huecos a sus compañeros por el pasillo central.
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