Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
fernando romero
Gernika
Lunes, 20 de mayo 2019, 20:29
Tras una campaña anterior plena de éxitos y alegrías, la mejor de su historia en Segunda B, este curso al Gernika le ha tocado conocer la cara menos amable del fútbol. Aquella en la que el esfuerzo y el trabajo acaban resultando baldíos pese ... a todos los intentos realizados. De nada ha servido imponerse en los tres últimos encuentros de Liga, algo que no se había logrado en todo el año. Los forales, pese a haberse vaciado sobre los terrenos de juego hasta el último suspiro, ponen fin a cuatro temporadas en el fútbol de bronce para descender a Tercera División. «Es una decepción mayúscula», reconoce sin ambages Urtzi Arrondo, verdaderamente tocado al término del encuentro de Lasesarre. Y como él, los jugadores y el resto de cuerpo técnico, que encontraron el consuelo de una fiel afición que no se cansó de animar a los suyos en el estadio fabril.
«Yo solo llevo un año aquí, es una gente muy agradecida», señalaba Arrondo. «La despedida que nos han dado, emociona. Esto es el Gernika. Yo ya lo intuía antes de venir, y este año me lo han demostrado. Cuando estás 'jodido' te apoya, y son los que han hecho que lleguemos vivos a esta última jornada. Nos queda esa pena de no poder darles una alegría mayor», mostraba agradecido el preparador foral.
Con tono más bajo de lo habitual y mirada perdida, el técnico de Beasain repasaba de forma somera lo que ha sido esta temporada. «Es una decepción grande, teníamos mucha ilusión puesta este año. Se baja por no haber sacado puntos que se podían haber sacado. Durante todo el año, sobre todo en el inicio, tuvimos una racha de partidos muy buenos que empatamos todos, y no conseguíamos ganar. Y fuera nos costó también. En la segunda vuelta, hemos logrado mayor equilibrio, hemos hecho grandes partidos fuera de casa. La pena es que los partidos contra rivales directos como Izarra y Getxo los hemos perdido cuando no habíamos perdido dos partidos seguidos en todo el año. Fue un mazazo», desgranaba el técnico de Beasain. «Pero seguíamos vivos. En el descanso íbamos 0-0 los dos (su partido y el choque del Real Unión), y te vas ilusionando… Para todos es una decepción», repetía.
«Lo sientes por el trabajo que hay detrás, que es grande. Muchas noches sin dormir y mucho tiempo dedicado… Si echáramos la vista atrás, seguro que cambiaríamos algo, pero en cada momento se toman las decisiones que se creen convenientes. Hay que estar contento con el trabajo del equipo, con cómo han reaccionado todos», relataba un Urtzi Arrondo apesadumbrado que, pese al mazazo, quería buscar el lado positivo de la situación: «Vamos a quedarnos con las cosas positivas, con todo lo que hemos vivido dentro de ese vestuario, en estas últimas fechas sobre todo, pero durante todo el año. Nos vamos a Tercera con el orgullo del equipo, por cómo ha dado la cara todo el año, por ser competitivos...»
Apenas consumado el descenso de categoría del Gernika, las redes comenzaron a llenarse de mensajes de ánimo hacia los forales. Exjugadores, técnicos y equipos rivales, aficionados… todos quisieron mostrar su apoyo al cuadro foral, y muchos de ellos coincidían en alabar la particular filosofía del club y ensalzar ese sentimiento de 'familia'. También los propios jugadores blanquinegros quisieron agradecer y compartir sus sentimientos en unos momentos tan delicados. El capitán Lander Torrealdai fue uno de los primeros, con un video en el que afirma que «los jugadores hemos dado todo lo que teníamos, el cuerpo técnico también. Ha sido un año duro pero, a pesar de los golpes, el equipo ha estado peleando hasta el último momento, pero no hemos podido conseguirlo. Gracias a toda la gente que nos ha estado apoyando, agradecemos vuestros ánimos en estos momentos», para luego proclamar que «el año que viene seguid ahí porque, aunque el Gernika esté en Tercera, seguiremos peleando, y seguro que más pronto que tarde estaremos de nuevo en Segunda B».
Otros, como Imanol Etxabe, agradecía el apoyo «por estar a nuestro lado todos estos años», y daba las gracias a todo el Gernika, «un club diferente». «Hemos perdido la categoría, pero nos sentimos ganadores», lanzaba. Aimar Sagastibeltza, uno de los 'novatos' de esta temporada tras ser fichado en verano, también compartía un mensaje en redes en el que se sinceraba: «No hemos podido lograr el objetivo. Estamos hundidos pero con la tranquilidad de haberlo dado todo. Llevaremos clavada esta espina toda la vida». En términos muy similares se expresaba Koldo Berasaluze, el autor del gol en El Sardinero que mantenía vivo al Gernika en su lucha por una permanencia que, finalmente, no ha sido posible: «Estamos tristes pero orgullosos porque lo hemos dado todo hasta el último segundo. Eso es el Gernika, una familia unida como la que se ha visto en Lasesarre, como todo el año. Antes o después veremos al Gernika en el lugar que se merece».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.