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fernando romero
Miércoles, 3 de abril 2019, 18:17
Urbieta es un estadio particular, siempre complicado para cualquier rival. No solo por las propia singularidad del terreno de juego en sí, también por la intensidad y ritmo con la que el Gernika suele disputar sus encuentros, circunstancias todas ellas que incomodan a los ... adversarios. Buena prueba de ello podrían ser las únicamente dos derrotas cosechadas por los forales en su feudo. El Vitoria, en el probablemente peor encuentro de los blanquinegros como locales, y el Barakaldo, en un derbi que no se resolvió hasta los minutos finales, son los únicos equipos que tienen ese 'honor' esta campaña.
Sin embargo, a lo largo de este curso, paradójicamente, también está siendo un campo en el que a su inquilino le está resultando más complicado de lo esperado sacar los encuentros adelante. Y es que son solo cuatro los enfrentamientos en el que el Gernika ha podido festejar el triunfo como local. Algunas de ellas de postín. Todas, eso sí, trabajadas y sufridas, con goles incluso más allá del tiempo reglamentario. El resto, hasta completar los 16 choques disputados al abrigo de su afición, han terminado en tablas. Diez en total. Demasiados para un equipo que batalla por abandonar el furgón de cola y al que sumar de uno en uno le está lastrando sobremanera en esta carrera de resistencia que es la liga.
Los números siempre son fríos, pero en ocasiones dejan entrever detalles interesantes. Como, por ejemplo, que Urbieta es un campo en el que los grandes de la competición han pasado apuros. De los que copan la zona noble de la tabla, solo el reseñado conjunto de Aitor Larrazabal pudo llevarse los tres puntos. Y lo hizo merced a un tanto de Fran García cuando el encuentro agonizaba. El todopoderoso Racing de Santander, líder indiscutible del grupo, desembarcó en la Villa Foral a mediados de diciembre, y tuvo que conformarse con rascar un empate sin goles ante el combativo equipo de Urtzi Arrondo. A raíz de esta igualada, los cántabros enlazaron su 'peor racha' de la temporada, con otras tablas ante el Oviedo B y una derrota ante la UD Logroñés.
El filial carbayón y el cuadro blanquirrojo también han pasado ya por Urbieta. Los asturianos, un equipo del que Arrondo siempre ha reseñado que es uno de los que más le ha gustado, empataron a un gol ante los vizcaínos. Y los riojanos han sido precisamente el último adversario al que se han enfrentado los forales, en un encuentro más intenso que vistoso y con pocas ocasiones de peligro que terminó como empezó, sin goles.
Ante gallos del grupo, la afición gernikarra se ha llevado también algunas de las mayores alegrías de la temporada. La Real Sociedad B hincó la rodilla en la jornada 13 ante un Gernika que, hasta entonces, no había logrado ganar un partido. Aquel encuentro, o sus prolegómenos, mejor dicho, dejó una de las imágenes que serán más recordadas de este curso. Y es que fue entonces cuando, para tratar de salir de la delicada situación que atravesaba el equipo, familiares de los jugadores entraron al vestuario para participar en una arenga previa que resultó tan emotiva como eficaz.
El Bilbao Athletic es otro de los equipos que puede dar fe de lo que es salir derrotado de Urbieta. Rojiblancos y forales protagonizaron un partido de poder a poder en el que los gernikarras se vaciaron sobre el terreno de juego para sobreponerse a la expulsión de Gorka Larruzea al inicio de la segunda mitad y terminar llevándose la victoria merced a un doblete de Mikel Abaroa. El de Lekeitio había adelantado a los suyos en la primera mitad, pero los de Lezama lograron igualar con un tanto de Villalibre cuando ya contaban con un hombre más. Ya en tiempo de descuento, apareció nuevo el espigado atacante local para darle el triunfo al Gernika con un remate no muy ortodoxo pero que se coló en la portería de Oleaga de manera irremediable.
UP Langreo y Leioa, a rebufo del cuarteto de cabeza, vivieron igualmente sendas igualadas en su paso por el feudo blanquinegro. En él deben disputarse aún tres choques más. Y uno de ellos ante el único de los colosos que resta por visitar Urbieta: el Mirandés, dentro de dos jornadas. Será una interesante batalla entre un aspirante claro al ascenso y otro que trata de huir de la quema pero que ya ha demostrado sobradamente cómo se las gasta en su casa.
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