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fernando romero
Gernika
Lunes, 6 de mayo 2019, 19:41
Contrariamente a lo que suele suceder, este domingo en El Sardinero el pez pequeño fue el que se comió al pez grande. El Gernika, metido en zona de descenso y con la soga prácticamente al cuello, fue capaz de derrotar al gigantesco Racing de Santander ... en su feudo. Una tarea en absoluto sencilla, como demuestran los números: nadie había sido capaz de hacer hincar la rodilla a los de Iván Ania en el terreno de juego cántabro, donde solo habían concedido tres empates. Los forales lo festejaron por todo lo alto tras el pitido final, y no era para menos. Los tres puntos permiten a los blanquinegros mantenerse con vida en la lucha por la permanencia. El sueño no se convirtió en pesadilla y los hombres de Urtzi Arrondo encaran los dos partidos que restan, dos finales, con una inyección de moral importantísima.
El héroe del partido fue el central Koldo Berasaluze. Este gernikarra de 26 años firmó su primer tanto de la temporada en el mejor de los escenarios posibles. «El gol llega en una falta lejana en centro del campo, en la que yo cojo el rechace en el borde del área y lo consigo meter», describe. Una acción marca de la casa que vale su peso en oro. «Con el empate o la derrota estábamos ya matemáticamente en Tercera División. Así que como para no estar contentos», relata el defensa. «Ha llegado algo tarde esta victoria, pero todavía tenemos vida y esperanza. Después de la derrota de la semana pasada, que parecía que estábamos hundidos, durante la semana nos pusimos las pilas para poder ganar al Racing. Dentro del vestuario teníamos fe en esta victoria. Y la disfrutamos mucho».
El triunfo el tierras cántabras sirvió para cortar de raíz una racha de once encuentros sin conocer la victoria que ha lastrado al equipo sobremanera durante esta segunda vuelta, impidiendo un despegue merecido sobre los terrenos de juego pero sin el merecido reflejo en el casillero. «Solo nos valía ganar», admite Berasaluze. Por eso habían preparado el partido a conciencia, dejando de lado el tropiezo de Urbieta ante el Izarra, incluso cambiando ligeramente la dinámica habitual de la semana, que comenzó con una 'merendola' en torno a la cual hicieron piña. «Lo primero que hicimos fue hablar lo menos posible del partido del Izarra para darle la vuelta a la cabeza. Era importante estar bien psicológicamente porque, si te quedas en esa negatividad, es imposible ver lo positivo y ganar este partido», asevera. «Ha funcionado», se felicita el central.
Del choque ante los cántabros, líderes indiscutibles del grupo y que en este encuentro querían festejar su título liguero, Berasaluze destaca que «estuvimos bastante cómodos en el partido, aunque la primera parte, sobre todo al principio, nos hicieron daño con balones a la espalda. Uno fue fuera de juego -acción que acabó con un gol anulado a Dani Segovia- y en el otro fallaron en el mano a mano con Diego (Carrio). Y de poder perderlo al principio, al final lo ganamos». Una circunstancia que acabó resultando clave, y que llegó a generar pitos en la grada verdiblanca, fue que «tuvimos más balón que otros días fuera de casa, porque si no allí estás muerto con la calidad que tienen ellos. Sabíamos que tenía que ser así, porque si no allí se te hace muy largo, de tantas llegadas que te hacen te acaban metiendo porque tu bajas físicamente y ellos van encontrando los agujeros».
Igualmente destacable fue el acierto mostrado de cara a la portería del debutante Joseba Zárraga. Porque, ciertamente, el Gernika no pisó demasiado el área rival, pero cuando lo hizo generó peligro. «No tuvimos mucha llegada, pero fuimos capaces de generar dos ocasiones bastante seguidas, y una entró», rememora. Esa otra jugada a la que hace referencia sucedió apenas unos minutos antes de su gol, con Abaroa de protagonista, «pero se la sacaron a lo portero de balonmano, con la pierna al lado del poste», lamenta el defensor. «En otros partidos, sobre todo en Urbieta, solemos tener bastantes más y no entran».
Por delante, al Gernika le quedan dos retos mayúsculos. Los forales deben ganar los dos encuentros que restan para la conclusión de la competición regular, y aún así dependen de resultados de terceros. Los de Urtzi Arrondo deberán dinamitar sus estadísticas de esta temporada, esas que dicen que no ha sido capaz de vencer dos partidos seguidos, y confiar en que Real Unión o Arenas tropiecen para darles caza. Los de la Villa Foral acumulan 36 puntos, por 41 de fronterizos (en el puesto de play-out) y getxotarras. «Lo tenemos muy difícil porque tenemos que ganar los próximos dos partidos, y luego que ellos pierdan los suyos. Pero mantenemos esa esperanza hasta el último momento», recalca Koldo Berasaluze.
El calendario ha deparado que los próximos dos adversarios de los forales ya no se jueguen nada a nivel clasificatorio. Y, casualmente, ambos son equipos vizcaínos. La próxima jornada, el Gernika recibe en Urbieta a una ya descendida Cultural de Durango. Para cerrar la temporada, los blanquinegros se desplazarán hasta Lasesarre para medirse al Barakaldo, que ya ha certificado su billete para el play-off de ascenso. «No se juegan nada, pero son partidos trampa. Ellos van a jugar sin presión. Y son son dos equipos que, además, juegan muy bien, y sin esa presión de los puntos... Moralmente, y por el honor del club y del escudo, seguro que lo van a dar todo y lo van a poner difícil», augura.
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