La Cultural paga caro su mal arranque en Las Gaunas

Arrancó la Cultural Durango timorata y lo pagó con creces. La UD Logroñés, desde el pitido inicial, se sintió superior. No solo eso, concretó su presencia en el área contraria con un gol muy temprano. A los 8 minutos, Víctor López acertaba a empujar a la red un balón muerto en el punto de penalti tras un centro lateral. Cada jugada de estrategia de los blanquirrojos era un martirio para los de Igor Núñez. Así, tras un córner, Bobadilla y Caneda se molestaron para rematar y Ander Vitoria no creyó en que pudiera cazar la pelota, pero si lo hubiera hecho, los riojanos prácticamente habrían resuelto el duelo en un cuarto de hora.

Pese a ello, volvería a ser Víctor López, con una gran internada, el que se presentó ante Errasti con mucho a favor, pero el meta visitante le adivinó las intenciones al delantero logroñés. Mientras que los durangarras intentaban hacerse con la pelota, apenas la habían visto, la UD Logroñés iba a tener otra ocasión, pasado el minuto 20, para haber aumentado su renta. En esta ocasión, el gran centro desde la izquierda de Iñaki era rematado, libre de marca, por Ander Vitoria, pero el delantero no estuvo atinado.

Fue a partir de entonces cuando la Cultural Durango empezó a conectar pases. No había profundidad, pero se liberaron del abrumador dominio local. Era la manera de generar dudas en un contrincante que apeló al orden para evitar los pases entre líneas. No le importaba esta situación, puesto que Miguel continuaba siendo un mero espectador. Predominaron las imprecisiones y el ritmo, vertiginoso de los compases iniciales, había virado a una pausa excesiva. A ello se unió la lesión de Varela, circunstancia que aprovechó la UD Logroñés para mirar a Errasti con un tiro potente de Iñaki.

La segunda parte continuó con la misma inercia. Una Cultural Durango que lo intentaba, aunque sin generar peligro, y una UDL que se dejaba querer para rematar la faena a la contra. El tiempo pasaba sin que sucediera nada destacable. Amorrurtu entraba en escena por los visitantes, mientras que Sergio Rodríguez modificó su dibujo con la presencia del centrocampista Andy.

La única variación fue más dominio territorial de los de Igor Núñez, que podían empezar a creer, aunque prestando atención a las posibles contras locales. Los blanquiazules pisaban área y la grada se ponía nerviosa. El cuadro visitante era dueño de la pelota, pero le faltaba profundidad. Además, el riesgo estaba en los espacios que dejaba atrás. No en vano, en dos transiciones ofensivas vino el peligro de los locales. Una cuestión que frenó un poco el ímpetu de los visitantes en los minutos finales para acabar perdiendo por la mínima debido a un pésimo comienzo de partido.