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javier beltrán
Miércoles, 6 de mayo 2020, 13:12
Los presidentes de Tercera División pueden salvar los muebles hasta el 30 de junio. Después aparece la incertidumbre. Tienen cerrados los presupuestos de publicidad y patrocinadores de este curso regular, las vallas estáticas del campo ya están abonadas, pero el problema se intensificará a ... partir de cuando se retome la próxima temporada, sin público en las gradas.
En ese contexto, la continuidad será la tónica predominante en los banquillos de esta categoría en Bizkaia. Solo es segura la marcha ya anunciada de Pablo Palacio, míster del Balmaseda, que quiere buscar nuevos retos. «Ahora solo toca pensar en salir de esta nefasta situación de tanta gravedad y volver a los terrenos de juego en otro proyecto deportivo que me permita seguir compitiendo y disfrutando de mi pasión por entrenar», comentaba el míster encartado, un apasionado de su profesión. Su exdelantero David Pereda, exmíster del Somorrostro y ahora director deportivo en el Burgos Promesas, sería el mejor colocado para suplirle. El resto de los equipos, hasta once, salvo giro extraño, es muy probable que no cambien el inquilino de sus banquillos. En este sentido, Portugalete y River seguirán confiando en Ezequiel Loza e Ibon Etxebarrieta, Basconia en Patxi Salinas, al cumplir las expectativas. En el Somo seguiría Iñaki Pola tras su notable rendimiento.
En el Gernika Oskar Vales, que suplió a Urtzi Arrondo en diciembre, apenas ha tenido terreno para expresarse, por lo que su continuidad en la Villa Foral es segura salvo un salto algún Segunda B. En el Santutxu, con su más que honroso noveno puesto, Marquitos es un fijo; en el Sodupe repetirá Javier Pereda, en el Santurtzi pilotará Txetxu García, en la Cultural de Durango, Carlos Docando, que también había suplido mediada la campaña a Igor Núñez. Mientras que en el Urduliz, con el adiós de Gorka Gaztelu, que formaba tándem con Nando Alonso, la línea es continuista. En el Deusto, la apuesta se mantiene con Gorka Bidaurrazaga, sin suerte esta temporada por temas personales, y en su segundo míster, Aritza Escandón.
El problema en Tercera División reside en sus sponsors, que son pequeños. Son empresas y comercio local que se han visto afectados por la crisis sanitaria sin precedentes al permanecer algunas, todavía, cerradas. Para la próxima temporada la incertidumbre es enorme, no jugar con público todavía es más grave. Saben que deberán ajustar sus presupuestos a expensas de lo que puedan recaudar y pasar revista a sus socios con fórmulas imaginativas. La razón estriba en que va a desaparecer, al menos hasta diciembre, las rifas, los ambigús, la venta de camisetas, las cuotas recortadas, el merchandising.... Las ayudas al fútbol modesto derivados de la Federación Española y la línea de créditos a coste cero puede allanar algo la sinuosa senda, donde los fichajes y los cambios de entrenador escasearán más que nunca en esta categoría.
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