El resurgir de Youssouf Diarra

Youssouf Diarra (13-9-98) arribó al Basconia hace dos veranos envuelto en una auténtica polvareda sobre la idoneidad de su fichaje. Se cuestionaba por algunos sectores si encajaba con la singular filosofía del Athletic. Lo cierto es que aunque nacido en Mali y criado en Lleida, jugó dos años en clubes navarros en plena formación y viviendo en Pamplona. Unos antecedentes que, quizás, le pesaron en su primera campaña en el segundo filial del Athletic, en la que el equipo entonces pilotado por Ander Alaña sufrió lo indecible para salvar la categoría. Actuó en 24 partidos, con dos goles, manteniendo el tipo. Este curso, más aclimatado y sin la presión de los focos, acumula 4 en 8 partidos, en una ubicación más retrasada.

Diarra actuó, sobre todo, de delantero por necesidades del guión. Un puesto que por sus características no domina. Esta temporada, ya como mediocentro o mediapunta de la mano de Aritz Solabarrieta, está rindiendo a mucho más nivel junto a varios jugadores del 2000 impulsados del Juvenil de Honor del Athletic. Es titular indiscutible y había marcado 4 de los 10 goles de su equipo hasta la última cita en Santurtzi. Un resurgir evidente. Este domingo no pudo jugar por un fuerte golpe del último envite y se quedó sin participar en el 2-2 del equipo de Solabarrieta en San Jorge ante el conjunto morado. Diarra había marcado ante el Somo (1-1), de penalti, frente al Deusto (2-2), en Ordizia (2-2) y al Pasaia (3-0) en Artunduaga.

Procedente de Mali, Youssouf Diarra se instaló en Cervera (Lleida) con solo 7 años junto a sus cuatro hermanos. Les aguardaban sus padres, que habían viajado con anterioridad para asentarse en un trabajo agrícola. Diarra, que ya tenía madera de futbolista, se inició con 10 años en el Cervera, con 12 pasó por el Tarrega, regresó al Cervera, se alistó en la UE Bordeta hasta que al acabar en categoría de cadete el propio Lleida lo reclutó en su Juvenil. Fue llamado por la selección sub17 de Mali para disputar un torneo.

Youssouf Diarra pudo seguir en el Lleida y manejó ofertas de otros clubes de Catalunya de mayor empaque y de Italia, pero se fue a Pamplona con una familia de acogida para jugar en el Ardoi. A renglón seguido, militó en la La Txantrea, club destacado de la red del Athletic, en el seno de su combinado de Tercera División. Allí selló 15 goles en 33 partidos, convirtiéndose en uno de los máximos artilleros de la categoría. En Lezama realizó una prueba de fuego en febrero del año pasado en un combinado con meritorios de Segunda B y Tercera como el potente delantero senegalés Ibrahima Dieng, que acabó en el CD Vitoria desde la SD Amorebieta, Jon Rojo, Gaizka Larrazabal e Ibai Rodríguez, que también pasaron el corte como Diarra. Se le abrían las puertas de Lezama. El organigrama técnico del Athletic intuía cualidades suficientes para seguir testando su carrera ajeno a las voces discrepantes.

Ahora, con 20 años recién cumplidos, y año y medio para asentarse en Bilbao y a los nuevos ritmos, Diarra se impulsa en el Basconia. Se coloca más centrado en el campo gracias a unas cualidades para escalar en Lezama, el principal propósito de su captación desde uno de los clubes convenidos del Viejo Reino.