El Bilbao Athletic muestra su pegada

El Bilbao Athletic se tuvo que ajustar el buzo azul de trabajo en los tres últimos partidos ante el Arenas, el Amorebieta y el Real Unión. Frente al Valladolid B, ayer en Lezama, se presumía un partido de otro perfil, más de toque y verticalidad. En esa nueva versión del equipo influía la presencia de Sancet, recuperado para la causa, que formaba de nuevo el triángulo en la zona ancha junto a Vencedor y Zarraga tras sus ausencias por estar convocado por la selección sub'21 y por el primer equipo del Athletic ante el Celta y el Real Valladolid. Dos zarpazos de Ewan Urain y Morcillo, tras penalti a Artola, abrieron el marcador en la primera mitad, en la que se registraron dos paradones de Ezkieta a disparos de Zalazar y Miguel. Oriol Rey recortó distancias y Zarraga, con dos goles, sentenció para el equipo líder del Grupo II, que regresa a la senda de las goleadas. Tiene pegada.

Sin apenas nada en diez primeros minutos insulsos, Zalazar se plantaba ante Ezkieta, que volvió a resolver con nota rodilla en tierra. Sancet, colocado entre líneas, con mucha vigilancia, probó fortuna a renglón seguido con un remate raso desde la frontal que sacó el barakaldés Gaizka Campos con la manopla. Y de nuevo, Miguel de la Fuente puso a prueba a Ezkieta, que casi de espaldas, sacó un remate que se colaba para un filial blanquivioleta que se iba creciendo. Por algo era la revelación del campeonato.

Areso, en el minuto 18, avanzó por piernas y casi sorprende a Campos por alto. A la salida del mismo córner, cabezazo de Luengo y rebote del portero que remachaba a la red Ewan Urain, que repetía de Irún viendo de nuevo puerta y abriendo la lata. El durangarra dejó destellos de su potencial. Morcillo, muy participativo, probaba suerte ya con el Bilbao Athletic más previsible, con mando en plaza, y gustándose. Una jugada trenzada entre Sancet, que se iba como un titán producto de uno de sus giros, Ewan Urain y Artola, acabó con el extremo diestro derribado por tres contrarios y provocando el penalti. Morcillo lo transformaba ajustado al palo izquierdo. Su quinto tanto de la campaña. Encima, Javi Baraja, técnico pucelano, tenía que suplir a su ancla, Kike Pérez, por una lesión previa en un tobillo.

Ya en el segundo acto, Sancet, de nuevo azote de los pucelanos por su verticalidad, se acomodaba el cuero en la frontal para mandarlo cerca de la cruceta de Gaizka Campos. Pero el Valladolid B acortaba, en el 55, por medio de Oriol Rey, producto de un desajuste defensivo tras cabezazo de Jaime, repelía de nuevo brillante Ezkieta, que no podía con una segunda acometida. El meta navarro, de nuevo pleno de reflejos, sacaba una mano de Miguel de la Fuente que intentó hacerle un sombrero. Cuando la confusión reinaba, Oier Zarraga de cabeza, viendo adelantado a Campos, sorpendía a todos con un gesto con la testa que elevaba el balón y se colaba en un red. Un golazo de listeza. El undécimo cachorro que ve puerta en diez partidos disputados. Un 3-1 que provocaba que Baraja metiese munición con otro ariete de envergadura como Steven Plaza. El equipo de Etxebe no se arrugaba y conservaba la ventaja casi sin despeinarse. Morcillo, a la media vuelta tras centro de Zarraga, pudo aumentar el tanteador. El propio Zarraga, ya ubicado en banda, sellaba el envite con un cuarto remate a la red. Beñat Prados, promocionado del Basconia, debutaba con el filial en el tramo final para hacer de Sancet.