El Bilbao Athletic gana catorce jornadas después ante un diezmado Extremadura

Patxi Salinas hizo debutar al ariete Aritz Pascual, fichado esta misma semana del Sestao River y puso a Artola en la medular antes de viajar para juntarse con el primer equipo en Madrid y jugar ante el Rayo. Colocaba a los promocionados del Basconia, Luis Bilbao y Malcom, de extremos profundos y a Gerenabarrena con mando en plaza por su despligue físico, a la postre, tres de los más destacados en la fría noche de Lezama. El equipo de Manuel Mosquera, sin Casto y Morcillo, los únicos supervivientes del primer equipo, manejó apenas catorce jugadores de su filial (sólo tres sentados en el banquillo) que militan en la Tercera RFEF, aunque había ganado al Real Unión con su equipo demolido por las deudas institucionales. Un equilibrismo futbolístico de mucho mérito con su presidente pagando el viaje a Lezama de su bolsillo.

El guión del envite discurrió sobre lo esperado por la colosal diferencia de fuerzas. Gerenabarrana ya lanzaba en el minuto 2 a puerta, y Artola bajo palos la tenía a bocajarro y salvaba Guillén apoyado en un defensa en una ocasión diáfana. Sólo unos minutos más tarde Aritz Pascual fallaba otra tras acción del descarado Malcom. El filial arrinconaba a un Extremadura en cuadro, que bastante hacía con competir dignamente, atrincherado atrás. La tercera ocasión clara la erraba Luis Bilbao, muy punzante, tras recorte, pero Guillén volvía a lucirse. Patxi Salinas reclamaba ritmo desde la banda, achuchar al rival para no dejarle ni respirar. La victoria era vital tras esas trece jornadas en barbecho. Los cachorros seguían percutiendo, con muchos efectivos en ataque, con segundas llegadas en un monólogo absoluto de los rojiblancos. Artola volvía a intentarlo tras taconazo de Luis Bilbao, pero el remate del getxotarra se marchaba desviado y después de cabeza, Artola, de nuevo, no orientaba bien su testarazo, que se iba desviado por centímetros. Y por cuarta intentona, tras pase de Kortazar, Artola cruzaba demasiado el cuero. Antes del descanso, Murillo despejaba el chut de Gerenabarrena que se colaba en la red. No había manera.

En el segundo acto, la misma tónica, Malcom remataba duro y Guillén se lanzaba para atrapar el cuero sobre la base del poste. El Extremadura, en su ejercicio de pura supervivencia, defendiéndose con orden como gato panza arriba, pero sin acercarse a Julen Agirrezabala, que bajaba al filial tras ganar al Barça en San Mamés y ser el portero de cabecera de Marcelino en Copa. En el minuto 52, esta vez sí, Paredes cabeceaba a la red un saque de esquina botado muy cerrado por Álvaro Núñez, tras peinada de Aritz Pascual. Había costado abrir la lata, pero era sólo cuestión de tiempo, aunque fuera en una acción de estrategia. No fue hasta el minuto 60 cuando Mulero remataba por primera vez para los extremeños antes de que Malcom probara de nuevo a Guillén, que abortaba su remate ajustado a la madera. El filial estaba negado de nuevo con el gol, una constante este curso en la Primera RFEF, pese a encadenar oportunidades de sobra.

Un penalti de Mulero a Malcom, muy claro, convertido por el propio extremo ponía tierra de por medio con el 2-0 en el luminoso. El propio Malcom sentenciaba con el tercero tras recorte y giro, enseñando parte de su repertorio. Salinas introducía los cambios para ya hacerle el partido largo al voluntarioso Extremadura, casi sin cambios de refresco, dos de campo, y sin cobrar. Mosquera gozaba de la segunda acción azulgrana, pero Agirrezabala atrapaba y Guillén volvía a salvar otra de Gerebanarrena en el tramo final, en la que el filial no quiso pisar el acelerador. El trabajo ya estaba hecho.