Aitor Ramos cierra el círculo en Bermeo

"¡20 años después, de vuelta otra vez! Con gran entusiasmo para debutar con el primer equipo del Bermeo FT", lanza el delantero del Athletic Aitor Ramos tras cumplirse ya más de dos décadas desde que empezara su carrera en la cantera del equipo Txo, en su escuela de fútbol en la temporada 95-96, en su primer año de Alevín. Promocionó a la factoría de Lezama y jugó cedido un año en Cadetes en Itxasgane, en el curso 99-00. Con 15 años se marchó de Bermeo "al Santutxu, y hasta hoy", añade Ramos a este periódico. Ahora cierra el círculo vital y deportivo arropado por su entorno más querido.

Apenas ha pasado una semana desde que el exleón se despidiera del Arenas tras quedar cortado después de ocho años vistiendo su camiseta en Gobela. Ramos, a punto de cumplir 35 años, pese a este mazazo y remarcando que se iba con la conciencia muy tranquila, ya avisaba que no colgaba las botas, que tenía cuerda para rato. Le habían llegado varias propuestas de Tercera División, aunque el amor a los colores del equipo costero y el poder compaginar con mayor comodidad el balón con su trabajo en un colegio y su familia ha decantado la balanza para aceptar el reto. "Al final he valorado todo. La cercanía, que voy a ser padre de nuevo. El club me da la oportunidad de entrar en el organigrama técnico del Bermeo (tiene ya el Nivel 2 de entrenador) y creía que ya iba siendo hora de estar tranquilo y dejar de andar todos los días con el coche", se sincera. Un Bermeo que se nutre de gente del pueblo y de la comarca, y que milita en la División de Honor territorial con el objetivo de intentar el ascenso a Tercera División que este curso ha cristalizado el Aurrera de Ondarroa.

El exleón, todo carácter y compromiso, cosecha del 85, se imaginaba su salida del Arenas, aunque le dolieron las formas. Esperaba mayor transparencia para que le trasladasen que era un descarte. Consideraba que se basaba más de un capítulo personal que puramente futbolístico. "Solo hubiera pedido más sinceridad, comprensión, e ir a la cara, como yo siempre he hecho para lo bueno y para lo malo, con errores y aciertos", lanzaba en una misiva que impactó en el planeta rojinegro. Aitor Ramos, tras su paso efímero por el Bermeo, transitó por las filas del Santutxu en Tercera y descolló en el Lemona en Segunda B para avalar su fichaje por el Athletic. Desfiló por el filial rojiblanco y disputó un puñado de partidos en Primera División en la temporada 2007-8 a las órdenes de Joaquín Caparrós. Después militó en Écija, Barakaldo y Laudio antes de instalarse como un referente en el Arenas.

Ahora, en su madurez personal y futbolística, afronta este desafío en Bermeo para echar un cable en su zona de vanguardia: "Será difícil subir, es una categoría muy dura, pero ya subimos con el Santutxu cuando menos lo esperábamos", rememora. Desliza que la plantilla bermeana se basará en "una mezcla bonita con jóvenes y veteranos del pueblo y gente con una edad bonita para hacer cosas en el fútbol que nos van a ayudar micho. Así que por ganas e ilusión no va a ser", zanja Ramos.