El Barakaldo desciende a Tercera RFEF

El Barakaldo ya es equipo de Tercera RFEF. A falta de tres jornadas por disputar, las matemáticas certifican el descenso de los fabriles a la quinta categoría a nivel nacional. El cuadro fabril sucumbió en su último encuentro frente al Ejea (2-1) y el posterior triunfo del Izarra ante el Deportivo Alavés B (2-1) le impide aspirar a cualquiera de las tres primeras posiciones de su grupo por la permanencia. Por lo tanto, su lucha termina aquí. El descenso llega en el peor momento para la entidad gualdinegra, que contrae una deuda de más de un millón de euros con la Seguridad Social. Ahora, estar en una división menor supone un gran impedimento a la llegada de posibles inversores que salven al histórico club de su grave crisis económica y evitar así su desaparición.

El Barakaldo tuvo el control del juego durante el primer cuarto de hora de encuentro, moviendo la pelota con calma y atosigando al rival con una presión muy alta. Los fabriles parecían tener mucha confianza en su plan y no se precipitaron en su búsqueda del área contraria. Sin embargo, no lograban tener profundidad y apenas pisaron el área contraria durante este periodo. Mientras, el Ejea también construía sus jugadas desde atrás, tratando de librar la gran presión del cuadro gualdinegro y creciendo con el paso de los minutos. De hecho, disfrutaron de la primera ocasión del encuentro con una peinada de Brian Martín a los quince minutos, que se marchó muy cerca del poste derecho.

Poco duró la buena marcha de los fabriles y solo hubo un equipo en el resto de la primera mitad. El conjunto local tomó la iniciativa después de estos primeros compases y tuvo mucha presencia en el área defendida por Oleaga. En el minuto 25, el Ejea pudo adelantarse en el marcador con un gran disparo de Carlos Vicente que se acabó estrellando contra el larguero. No tuvieron que lamentarse de esta ocasión perdida los zaragozanos, que, acto seguido, disfrutarían de un penalti cometido por José Picón. El propio Carlos Vicente fue el encargado de ejecutar la pena máxima y se pudo resarcir de la anterior oportunidad engañando a Oleaga y abriendo la lata.

Los disgustos se sucedían para el Barakaldo y el capitán se retiró lesionado después de cometer el penalti para dar entrada a Bengoetxea. El Barakaldo pareció venirse abajo después de la diana de los albinegros y completaron un primer tiempo desastroso. Se desordenaron y dejaron que su rival llegara con facilidad a portería. A punto estuvo el Ejea de dejar el partido prácticamente visto para sentencia antes del descanso. Julen López fue expulsado al arrollar a Brian Martín en el área y los de Javi Moreno dispusieron de un nuevo penalti. Esta vez, Brian Martín envió el balón contra el larguero y dejó vivo al conjunto fabril de cara a la segunda parte, que tendrían que afrontarla con un jugador menos.

Todo estaba muy cuesta arriba para el Barakaldo, pero no cesó en su empeño por tratar de remontar y mantener sus opciones de mantener la categoría. Aitor Seguín fue quien avivó la esperanza de los fabriles al poco de dar comienzo la segunda parte. En el minuto 53, Seguín hizo gala del guante que tiene en su bota izquierda marcando un fantástico gol de libre directo desde la frontal del área. El extremo cedido del Bilbao Athletic marcó el gol del empate de falta enviando el esférico fuerte y bien colocado por encima de la barrera. El empate seguía sin valer a los gualdinegros, por lo que continuaron persistiendo.

Su insistencia tuvo premio y las fuerzas se igualaron con la expulsión de Lolo Guerrero pasada la hora de choque, que frenó en seco a Obolskii cuando encaraba la portería totalmente solo. El Barakaldo podía hacer daño a balón parado y Seguín estuvo a punto de dar la vuelta al marcador en una falta lateral que se envenenó y sacó Miguel Martínez in extremis. La remontada parecía cada vez más posible. No obstante, un error en la salida de balón de Aparicio propició un contraataque en superioridad del Ejea. Carracedo marcó con un perfecto disparo cruzado que se coló por la escuadra y frustró la buena actuación de los fabriles en la segunda mitad. Imbongo pudo volver a empatar con un cabezazo al larguero en la última jugada. La permanencia es ya una quimera.