Fede Olivera, en Lasesarre. P. Olazabal
Barakaldo

Fede Olivera, otro nexo de unión entre Barakaldo y Peñarol

El futbolista uruguayo debutó el pasado domingo con el cuadro fabril. Desde que nació es hincha del Peñarol, equipo de su tierra que mantiene grandes lazos con el Barakaldo

peru olazabal

Miércoles, 16 de octubre 2019, 15:59

Desde los años cincuenta, el hermanamiento entre el Barakaldo y Peñarol es el más fuerte que tiene la entidad fabril con cualquier otro club de fútbol. Los hinchas de aquella época apodaron a la escuadra de la Margen Izquierda con el nombre del equipo ... uruguayo y los lazos perduran hasta el día de hoy. El último hilo que une a ambos conjuntos es Fede Olivera, lateral derecho cedido por el Tenerife B que debutó el pasado domingo en Lasesarre. Este jugador de 24 años es natural de Montevideo e hincha de Peñarol desde que nació. «Me ilusiona bastante que el Barakaldo vista con los mismos colores y tengan esa conexión», admite el futbolista a EL CORREO.

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El nexo entre el Barakaldo y Peñarol nace aproximadamente en los años cincuenta. Por aquel entonces, los aficionados del Sestao Sport Club se comienzan a identificar con el 'River', apelativo que utilizarían para la creación del nuevo club en 1996 tras la desaparición de la anterior entidad. Por lo tanto, «por aquello de la rivalidad con el Sestao, los aficionados del Barakaldo comenzaron a identificarse con el Peñarol por el color de las camisetas», señala Jaime Cortázar, historiador y escritor nombrado 'Hijo Predilecto de Barakaldo'. Fede Olivera desconocía este vínculo antes de fichar por el conjunto fabril. Sin embargo, el hecho de vestir los mismos colores y ver banderas del cuadro uruguayo alrededor del estadio «me hacen sentir como en casa», indica. Por ello, «el Barakaldo no es un equipo más, esa conexión me hace estar aun más ilusionado si cabe», argumenta.

Fede Olivera durante su infancia con la equipación de Peñarol Twitter

Con el paso del tiempo, la identificación de los fabriles con la escuadra uruguaya se fue arraigando hasta que en 1984 varios jóvenes de la localidad formaron un grupo de animación denominado Peña Peñarol. «La relación de Peñarol surgió en los años 50, que era cuando más éxito tenía el Peñarol y el Barakaldo estaba en Segunda. Queríamos recuperar el espíritu de esa época, por eso se llamaba así», manifiesta César Sánchez, más conocido como 'Eskocés', que fue miembro de esta peña. Este grupo de animación desapareció en 1989 por inactividad de sus integrantes y dio paso al actual Colectivo Gualdinegro, que todavía en ocasiones corean el nombre del cuadro uruguayo en Lasesarre. «Todavía no he tenido la oportunidad de escuchar cánticos de Peñarol, pero sería bonito», sostiene Fede Olivera.

La Peña Peñarol durante un encuentro disputado en Lasesarre en 1987 El Correo

El hermanamiento es tan fuerte que en 1992 se trató de conmemorar el 75 aniversario del conjunto de la Margen Izquierda con un duelo que enfrentase a los vizcaínos con los uruguayos en Lasesarre. «Había muchos equipos sudamericanos que jugaban torneos veraniegos por aquí durante estos años, pero fue imposible traer a Peñarol», relata Jaime Cortázar. Esta idea también se barajó el día del centenario, «por sentimentalismo, porque vestimos igual y nos llaman Peñarol, era una opción, pero era complicadísimo y muy caro traerles», resaltó Orlando Saiz en su día. Fede Olivera reconoce que disputar un encuentro frente a 'su' equipo en Lasesarre «habría supuesto una ilusión muy grande, prácticamente toda mi familia es de Peñarol, así que incluso probablemente se vinieran desde allí».

Segunda carta enviada por el Barakaldo al Peñarol para conmemorar el 75º aniversario Jaime Cortázar

Adaptación sencilla por el ambiente canario

Fede Olivera comenta que su continuidad en el Tenerife era «complicada» por la lesión que sufrió en los isquiotibiales que le apartó de los terrenos de juego durante dos meses. Se decidió a fichar por el Barakaldo «por la confianza que me transmitió Zurimendi». «Estaba en una situación difícil y estuvo muy encima», asevera. Para el lateral uruguayo, criado en las Islas Canarias desde los siete años, a adaptación al vestuario fue «muy fácil», ya que conocía a Josué Medina y Samuel Arbelo de su estancia en el Tenerife B y también a Adrián Hernández, con el que coincidió en las categorías inferiores de Las Palmas. «Hay más ambiente canario que vasco casi en el vestuario», bromea. Ahora es consciente de que debe ir poco a poco amoldándose a la idea de juego de Hernán Pérez, la cual «me gusta mucho y creo que puede beneficiar a mi forma de jugar también», zanja.

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