Erik Morán se entrena con el Barakaldo a la espera de destino

A Morán, que el curso pasado estuvo cedido en el Málaga desde enero hasta junio contando con cierta presencia, el club griego no le permitió seguir en la capital de la Costa del Sol al no ascender a Primera. Su alta ficha y su contrato en vigor ahuyentó a muchos de los clubes de Segunda que sondearon su fichaje el pasado verano. Una circunstancia que ahora cambia de manera radical al quedar libre para poder negociar y elegir un nuevo destino sin traba alguna.

El mediocentro portugalujo se vio obligado a regresar a Grecia en el mes de julio, pero desde el arranque de la temporada le apartaron del equipo e incluso fue despojado de su ficha. Un caso extraño para un Erik Morán que siempre ha mostrado su validez desde que saliera del Athletic a Leganés y pasara por el Zaragoza antes de su fichaje por el AEK de Atenas. Durante la ventana veraniega no encontró una salida viable que contentara a ambas partes por lo que ha pasado un par de meses de calvario entrenándose al margen del grupo ante la realidad de que Nikos Kostenoglou, el entrenador del AEK, no contaba con él. Morán había aterrizado en el país heleno en enero de 2018 por iniciativa de Manolo Jiménez, aunque con la posterior salida del técnico sevillano de sus filas su situación varió sensiblemente.

Morán, de 28 años y 1,86, se formó en las categorías inferiores del Athletic hasta alcanzar la meta del primer equipo: en el Leganés jugó en dos etapas diferentes, la primera como cedido; y, en el Real Zaragoza dos temporadas. El pasado curso actuó en dos partidos de Champions League, ante el Bayern y el Benfica en la fase de grupos antes de que fuera orillado. En el Barakaldo se entrena bajo las órdenes de Hernán Pérez, cerca de su casa y en el seno de una plantilla de Segunda B de mucho empaque con la que poder competir en cada sesión.