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peru olazabal
Viernes, 28 de mayo 2021, 01:01
La temporada en el ámbito deportivo no ha podido ir peor para el Barakaldo. El descenso a Tercera RFEF implica bajar dos escalones, hasta situarse en la quinta categoría nacional. No obstante, ese no es el mayor de los problemas con el que debe lidiar ... el cuadro fabril. La deuda de 1,2 millones continúa haciendo estragos y la pandemia ha agravado la delicada situación económica al generar un déficit de más de 200.000 euros.
Los ingresos por patrocinios, taquillas, cuotas de socios o deporte escolar, entre otros apartados, han disminuido considerablemente al tener que jugar a puerta cerrada desde hace más de un año. Por lo tanto, esto ha hecho que la Gestora se encuentre actualmente en aprietos para asumir las nóminas de los futbolistas del primer equipo. De hecho, según ha podido saber EL CORREO, a algunos de los jugadores que están en plantilla, así como a otros que se marcharon en enero tras rescindir sus compromisos, se les debe hasta dos mensualidades.
No hay dinero en caja para hacer frente a esos pagos, pero los actuales dirigentes trabajan para solventar la situación cuanto antes. En concreto, a finales de junio, la entidad recibirá varias subvenciones con las que tratará de solucionar el asunto. Este nuevo revés se une al cúmulo de problemas que han hecho tambalear al club los dos últimos años.
Los socios conocerán toda la actualidad concerniente a la entidad en la asamblea extraordinaria convocada para el próximo lunes en Lasesarre. Allí, el presidente expondrá la hoja de ruta. Desgraciadamente, la disolución continúa siendo una posibilidad. Y es que el panorama es desolador para los gualdinegros.
Desde que, en junio de 2019, los entonces dirigentes del Barakaldo tuvieron conocimiento de la sanción impuesta por la Seguridad Social, todo ha ido de mal en peor. Se paralizó la conversión a SAD aprobada apenas dos meses antes, se dio pie a una crisis institucional que ha provocado que el club esté presidido por una Junta Gestora e incluso este histórico del fútbol vizcaíno se vio obligado a entrar en concurso de acreedores, con un grave riesgo de desaparición.
El proceso concursal concluyó en marzo pasado, tras ser aceptado el plan de viabilidad propuesto por los fabriles para pagar su deuda en un plazo de nueve años. No obstante, cualquier cosa puede pasar. Y es que, según palabras del actual presidente, Jesús María Isusi, «la única solución posible» es la llegada de un grupo de inversores ajeno a la masa social que se haga con el club. La cantidad que se debe depositar para convertir definitivamente al Barakaldo en sociedad anónima deportiva es de cerca de 2,2 millones de euros. 1,2 millones irían destinados a fondo perdido, para pagar la deuda. El otro millón conformaría el capital social.
El máximo mandatario señaló en su día que había varios grupos interesados en hacerse con la entidad. Sin embargo, el descenso a Tercera RFEF complica mucho la situación. Entre los que han mostrado predisposición en los últimos meses para hacerse con las riendas del Barakaldo se encuentran unos constructores mexicanos que mantuvieron varias reuniones con los actuales dirigentes del club e incluso fueron invitados a presenciar un encuentro.
Finalmente, las negociaciones no fructificaron y esta opción está totalmente descartada. Queda por ver ahora, en la asamblea del lunes, si existen opciones de que algún empresario invierta para mantener al Barakaldo con vida en las actuales circunstancias o se opta por liquidar y refundar otro equipo para empezar de cero.
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