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PERU OLAZABAL
Lunes, 3 de mayo 2021, 20:14
El Barakaldo consumó su descenso la pasada jornada tras una temporada repleta de traspiés. La caída hasta la quinta categoría nacional hace peligrar aun más la viabilidad del club, puesta en entredicho con la sanción de 1,2 millones de euros impuesta por la ... Seguridad Social. La Junta Gestora ha salido al paso para hacer autocrítica. «La Junta Gestora considera esta temporada un fracaso deportivo y desea pedir disculpas a los socios. No hemos conseguido el objetivo que nos marcamos a principio de temporada y no hemos estado a la altura de las expectativas que se le exigen a este club», reconocen en un comunicado.
El descenso a Tercera RFEF complica la llegada de posibles inversores, que es «la única solución posible para salvar al club», tal y como ha reiterado en varias ocasiones su actual presidente. Por lo tanto, los dirigentes han decidido emplazar a los socios a una Asamblea Extraordinaria, que se celebrará en las próximas fechas. En dicha reunión, los mandatarios darán las explicaciones pertinentes y se analizará el futuro del club. Un futuro que está en el aire después de este tropiezo.
Y es que a perro flaco todo son pulgas. Bien lo saben desde el Barakaldo, que se han visto golpeados desde todos los ámbitos en las últimas temporadas. La entidad fabril vive la época más negra de su centenaria historia debido a la deuda de más un millón de euros impuesta por la Seguridad Social. Esto ha provocado una gran crisis económica en el club, que lleva caminando sobre la cuerda floja desde hace casi dos años. La cantidad es inasumible para un conjunto de Segunda B y los fantasmas de la desaparición llevan rondando desde el primer momento en el que se conoció la sanción.
Asimismo, esto derivó en un relevo al mando del conjunto fabril. La Junta Directiva encabezada por Orlando Sáiz dimitió en masa y un grupo de socios liderado por Jesús María Isusi tomaron las riendas para que el club no se liquidara. Desde el principio, esta nueva Gestora persigue convertir al club en sociedad anónima deportiva -proceso aprobado por los socios en abril de 2019- para que unos inversores asuman la sanción en varios años y que además el Barakaldo gane músculo financiero con un capital social de más de un millón de euros. Por lo tanto, esta inversión debería rondar los 2,5 millones de euros.
La intención del Barakaldo esta temporada era ascender a Primera RFEF, una nueva categoría que podría ajustarse a las dimensiones del club por historia, estadio, etc. A solo un paso del fútbol profesional, podrían haber sido muchos los que llamaran a las puertas de Lasesarre para invertir en el club. Muy lejos de la realidad. La campaña no ha podido ser más desastrosa y los gualdinegros han consumado su descenso a Tercera RFEF, la quinta división a nivel nacional. Esta será la tercera ocasión en la que el cuadro fabril descienda de Segunda B desde la creación de esta categoría en 1977.
El descenso a la nueva Tercera no solo implica un funesto episodio en el plano deportivo para un equipo de la solera del Barakaldo, sino que dificulta la llegada de inversores y, a su vez, acrecienta la posibilidad de disolución de esta entidad centenaria. A pesar de esta delicada situación, la Gestora parece decidida a no bajar los brazos y seguir trabajando en pos de la salvación del Barakaldo. «Se avecinan semanas de profunda reflexión, pero lo único que podemos prometer es que trabajaremos de forma incesante, como hasta ahora, para mantener con vida al Barakaldo y volver cuanto antes al lugar que nos corresponde», afirman.
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