Una inyección económica para Bizkaia pero no para Amorebieta

«Va a ser muy importante para Amorebieta, sin ninguna duda. Hablamos de una división donde las peñas viajan mucho con sus equipos y el impacto económico en el comercio se va a notar. Es difícíl concretar cifras pero, salvando las distancias, sabemos la diferencia que supone para Bilbao, con un equipo siempre en Primera, entrar o no en la UEFA. Cuatro o cinco partidos lo cambian todo sobre todo en hostelería, pero también en comercio», analiza Pedro Campo, presidente de la Confederación del Comercio de Bizkaia, Cecobi. 19 partidos en casa, aunque sea en una categoría inferior, y dan para mucho en un municipio de estas dimensiones. «No es sólo el impacto directo, es que Amorebieta va a ser conocida por mucha gente. Va a estar en los diarios nacionales, en los resúmenes de la tele. Mira el caso de Villarreal. ¿Cuántos lo conocían antes de que su equipo fuera de Primera?», se pregunta Campo.

Ainara Basurko, diputada de Promoción Económica, no duda de que «va a visibilizar el territorio y habrá más flujo de visitantes, para ver el espectáculo y otras actividades de ocio». La diputada foral confía en que pieda implicar «estancias de fin de semana» en la zona y «proyección mediática» ya que «los partidos de seguna se retransmiten a nivel estatal con audiencias altas».

Tras un año muy complicado en la hostelería y el comercio, el ascenso huele a bote salvavidas. Pero basta preguntar en bares y comercios de Amorebieta para detactar algunos nubarrones y dudas en el plano económico. Ana Intxausti atiende en Kapi, una tienda de ropa donde vende además las camisetas oficiales del equipo de básket de Amorebieta, que «se va a jugar en dos partidos entrar también en la categoría de oro». Admite que el año ha sido «superduro» para los que trabajan detrás de un mostrador pero duda de que el ascenso de 'los azules' vaya a notarse en las recaudaciones. «Ha sido una alegría enorme para todos pero parece que no podrán jugar en Urritxe y, si van a otro municipio, aquí no llegarán las aficiones», lamenta. En el pueblo se habla de una terna de candidatos conformada por Barakaldo, Sestao y Lezama, pero no hay nada cerrado. Muchos abogan por las instalaciones del Athletic con la esperanza de que los rivales lejanos (Málaga o Almería, por ejemplo) opten por dormir en Amorebieta. En la libería Billiken o el bar la Viña no son más optimistas. Comparten la alegría pero no ven claro el efecto en el bolsillo.

«Si no juegan aquí, se notará poco. Más gente animando, más dinero para el club, más chavales apuntados, pero para bares y comercios lo importante es jugar cerca. Lo mejor sería Lezama. Si les mandan a Barakaldo, aquí no vendrá nadie», opinaba Gorka Bustinza en una de las terrazas, atestadas por el buen tiempo y las inmejorables noticias futboleras.

Todas las voces señalan que el ascenso se notará más en la hostelería que en el comercio. Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de la Hostelería de Bizkaia, opina que «cualquier competición deportiva que pueda atraer aficionados rivales es muy importante. Viajan, consumen y pernoctan». «Es clave saber dónde van a jugar. En cualquier lugar que se elija, lo notarán». «El fútbol pone en el mapa localidades que mucha gente nunca sabría dónde están, como Almendralejo. Para un municipio pequeño, es vital». Este ascenso, unido a la permanencia del Bilbao Basket, «es una muy buena noticia para Bizkaia».

César Castellanos es socio del Amorebieta y responsable del Sharky, un bar céntrico. «Esperemos que la pesadilla de la pandemia pase y que subir a Segunda nos sirva. Es un puntazo». La inversión que requiere Urritxe es importante -hacen falta 6.000 asientos, más del doble que los actuales-. «Si no se hace, esto va a ser un desastre, una locura. Estamos muchos involucrados. El Ayuntamiento debe sumarse para que jueguen aquí. Mira el ejemplo del Eibar, que lo hizo como pudo y cuando tenía que hacerlo. Ahora nos toca», valora.

Tanteamos ese precedente, el Eibar. El exalcalde Miguel de Los Toyos lo vio de cerca. «Es incuestionable. No es sólo el efecto en la economía local, que también, es que cambia el estado de ánimo. Cada 15 días, en Eibar, eran como las fiestas patronales. Esa alegría al cabo de un año, tiene un efecto muy grande. Aquí el coste del estadio lo asumió el club ya que en Primera pasó de 5 a 50 millones de Presupuesto. El campo alcanzó las 8.000 localidades, el primer año con graderíos tubulares y luego fijos. Te ves entre los grandes y hay un orgullo de pertenencia».