Gorka Larrucea aterriza en Urritxe

Las oficinas de Urritxe, un hervidero desde el cual se trata de dar forma al proyecto de la próxima temporada, no paran de ser fuente de noticias. Los azules se han hecho con los servicios de Gorka Larrucea, un polivalente centrocampista con buen manejo del cuero y excelente golpeo a balón parado. El menor de los hermanos Larrucea, que cuenta en su haber con casi 150 partidos en la categoría, es la cuarta cara nueva para un remozado Amorebieta que está apuntalando con tino su proyecto deportivo.

Al igual que el ya firmado Asier Etxaburu, el talentoso centrocampista recala en Urritxe tras desvincularse del Real Unión, donde militó durante la pasada campaña y con el que disputó 20 partidos hasta la suspensión de la Liga por la alerta sanitaria. El resto de su carrera la ha desarrollado en el Gernika, donde logró el ascenso a Segunda B en la 2014/15. Dirigido primero por Jabi Luaces y posteriormente por Urtzi Arrondo, destacó por su buen desempeño en la zona ancha y por su excelente golpeo a balón parado. Como ejemplo, el choque disputado en Urbieta ante el Calahorra hace un par de cursos, en el que clavó dos libres directos por la escuadra.

A sus 27 años, Gorka Larrucea encara la que será su tercera experiencia consecutiva en la División de Bronce «con mucha ilusión y ganas después de haber estado mucho tiempo parados, tengo muchas ganas de volver a entrenar». El centrocampista señala que se ha decantado por aceptar la oferta del Amorebieta «lo primero, por el interés y confianza que me han transmitido desde el principio». «El Amorebieta últimamente esta haciendo unos buenos años, jugando muy seguro. Además, ya conozco a muchos de mis nuevos compañeros, eso también me ha animado».

Además de este nuevo fichaje, el Amorebieta se ha asegurado la continuidad por una temporada más del veterano Mikel Álvaro. El centrocampista cumplirá así, a sus 37 años, su cuarta campaña completa en las filas azules, tras llegar a Urritxe en el mercado de invierno de la 2016/17 procedente del Dinamo Tbilisi. Su entrega sobre el césped y su experiencia en la caseta son dos aspectos esenciales en el centrocampista. El curso pasado fue uno de los futbolistas más utilizados por Iñigo Vélez, disputando un total de 27 encuentros. Pese a su posición habitualmente ofensiva y rozar el gol en múltiples ocasiones, fue uno de los pocos jugadores de campo que se quedaron sin ver puerta, aunque sí que dio tres asistencias.