«Estamos tan emocionados que no podemos ni dormir»

Viajarán a tierras extremeñas junto a decenas de seguidores a primera hora de hoy. Irán vestidos de azul de pies a cabeza y acompañados de su bombo. «El Amorebieta no va a defraudar a nadie. Pierda o gane ya ha cumplido el sueño de ascender a la nueva Primera División RFEF», coinciden ambos jóvenes, «súper orgullosos de tener un equipo así en el pueblo».

La ilusión de 'Etxano Sur' se palpa en el municipio, engalonado con banderas azules. Desde la tienda oficial del club advierten que han acabado con todas las existencias. También se han agotado las camisetas y quedan pocas bufandas. «Qué pena, quería comprar una bandera para mi nieto», lamentaba Mari Mar Landaluce . Al otro lado del mostrador aseguran que «se agotaron en el anterior partido, contra el Linares, y no nos llegarán hasta la semana que viene».

La marea azul inundará hoy la localidad. «Nosotros no podemos viajar a Badajoz, pero lo viviremos con toda la ilusión del mundo. Vamos a hacer una comida y luego lo veremos en casa, formales. Una pena no poder disfrutarlo a lo grande, pero es lo que toca», señala Agus Jiménez. Este zornotzarra se atreve a lanzar un 0-1 como resultado. «Lo van a tener complicado no, lo siguiente. Juegan allí y contra el claro favorito. Uno de los que más presupuesto tiene contra el que menos. Pero bueno, cualquier cosa puede pasar y vamos a por todas. Eso también dice mucho de los chavales, que son unos titanes». matiza.

Ana Intxausti, que lleva la tienda oficial del equipo de baloncesto del Zornotza, siente que el pueblo está más volcado con el fútbol, si bien reconoce que «la marea verde también existe y es igual de imparable. En tan solo tres días hemos vendido 47 camisetas, que no es poco», detalla. Ella es la mujer del entrenador de porteros del Amorebieta y, a su vez, prima del presidente del Zornotza de basket, Joxe Etxebarria. El club de baloncesto está inmerso en la fase de ascenso a la segunda división, la LEB Oro.

«Estamos en una fase súper emocionante para ambos clubes. Al final somos como una gran familia y nos alegramos los unos por los otros», desliza Intxausti. Lo cierto es que el ambiente deportivo es más que palpable en toda la localidad. «Es una pasada lo que está ocurriendo en un pueblo como Amorebieta. No hubiera podido ser mejor año para nuestro deporte, imposible. Por eso nos da pena no poder verles jugar en casa y no haberles podido acompañar esta temporada».

La pandemia ha contenido pero no ha podido evitar la euforia de las últimas jornadas. Tras la victoria el pasado sábado ante el Linares, los establecimientos hosteleros perciben un mayor movimiento. «El ambiente ha salido a la calle, con la gente exhibiendo camisetas tanto azules como verdes», señala un hostelero. El fútbol y el baloncesto tienen tirón.