Un Amorebieta superior logra un escaso premio ante el Izarra

Comenzaron con más brío los azules. De hecho, según el colegiado certificó el inicio del encuentro, Tascón lo intentó en el primer minuto con un disparo lejano que atajó sin problemas Iricibar. Justo al cumplirse el primer cuarto de hora de partido, el cuadro zornotzarra volvió a la carga con una triple ocasión de gol, en la que estuvo a punto de estrenar el marcador. Mikel Álvaro ejecutó un primer disparo potente, que rechazó el arquero rival de puños. El balón no salió y el segundo en intentarlo fue Gorka Iturraspe con un testarazo que se estrelló contra el poste derecho de la portería de los navarros. La pelota, esta vez, le cayó a Markel Lozano en la media luna, que efectuó un buen tiro que pudo volver a rechazar Iricibar para salvar los muebles a los suyos. El resto de la primera mitad, continuó sin pena ni gloria y no ocurrió nada destacable en la media hora restante.

La segunda parte tuvo un comienzo más tímido. Los dos equipos seguían tanteándose y los acercamientos brillaban por su ausencia. Hasta el minuto 57 no llegó el primer disparo a puerta, también por parte de los zornotzarras. Esta acción fue obra de Lozano, que volvió a probar desde fuera del área sin éxito, tras una falta botada por Mikel Álvaro que taponó la barrera. Acto seguido, los navarros lo intentaron en varias ocasiones con varios disparos en el área rival que chocaron en la zaga azulona. Ya se veía a un Izarra más entero y más intenso y el control del juego se lo repartían entre ambos.

No obstante, las acciones más destacadas seguían corriendo a cuenta de los de Íñigo Vélez y en el minuto 67, se vieron los primeros destellos de Mario Soberón. El punta cántabro realizó junto a Seguín una buena jugada combinativa por la izquierda y la culminó con un buen disparo que finalmente se le marchó fuera. El tramo final del choque fue frenético y el Amorebieta avasalló a su rival con numerosas internadas al área. El ariete cedido por el Racing de Santander protagonizó también la última ocasión del duelo, con un tiro que atrapó Iricibar muy cerca de la cepa del palo.