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ÁLEX M. FRANQUET.
BARCELONA
Lunes, 13 de enero 2020, 23:22
Setién permanecía en el paro desde que el Betis cortara su contrato el pasado verano. En su primer curso en el conjunto andaluz llevó al equipo hasta la Europa League pero su segundo año en Sevilla no fue tan lucido y hasta tuvo que ... escuchar cánticos de la afición verdiblanca contra él. La pérdida de confianza de Bartomeu en Valverde le ha abierto las puertas del Barça.
En Barcelona han gustado mucho siempre sus constantes elogios a la filosofía de juego de Cruyff y que se declare seguidor del patrón de juego del mito holandés. No lo ha ocultado. Hasta reconoce que «he copiado muchas cosas del Barça desde que instauró esa forma de jugar. Ese estilo ya lo sentía como futbolista, ya me llamaba la atención entonces». Incluso llegó a admitir que «todo lo que soy como entrenador se lo debo a lo mucho que corrí detrás del balón cuando jugaba contra el Barça».
Su ilusión por sentarse algún día en el banquillo azulgrana le ha hecho descartar numerosas ofertas en estos meses que ha estado fuera de los banquillos. Tenía la ilusión secreta de que le llamaran desde el Camp Nou. Y así ha sido.
Como jugador, Setién fue un centrocampista con talento que debutó en Primera en 1977 en el Racing de Santander y allí estuvo ocho temporadas. Su paso por el Atlético de Madrid le abrió las puertas de la selección, con la que disputó tres encuentros. Después regresó a Santander, donde llegó a anotar 11 goles en la temporada 1992-93, aunque fue en Segunda División.
Ya desde los banquillos, Setién acumula solo cuatro temporadas como técnico de Primera, pero en Barcelona se fijaron en él por su fútbol atractivo. Ya llamó la atención al salvar a Las Palmas del descenso y desarrollar una buena segunda temporada con el equipo canario. En el Betis vivió las dos caras del fútbol. De llevar al equipo verdiblanco a Europa a ser destituido y a acabar enfrentado con la afición.
Al Betis le costaba hacer compatible jugar en la Liga y en Europa. Su mensaje a la afición bética fue digno del mismo Cruyff. Les recomendó «disfrutar de estos partidos es una satisfacción extraordinaria. Debería ser una fiesta para mí, los jugadores y la afición».
El nuevo inquilino del banquillo azulgrana es un experto jugador de ajedrez. Lo practica desde joven y hasta disputó hace dos años una partida en Sevilla con el maestro internacional Anatoli Kárpov. Ahora tiene ante sí una de las partidas más importantes de su carrera como entrenador.
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