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La mascota del Espanyol que acusa de tocamientos a Hugo Mallo, exjugador del Celta: «Esas manos no fueron a mis manos, sino a mis pechos»

La mascota del Espanyol que acusa de tocamientos a Hugo Mallo, exjugador del Celta: «Esas manos no fueron a mis manos, sino a mis pechos»

El futbolista gallego niega las acusaciones: «No estábamos para bromas»

Jueves, 11 de julio 2024, 17:37

La víctima de los presuntos tocamientos realizados por Hugo Mallo, exfutbolista del Celta, en el inicio de un partido de la Liga el 24 de abril de 2018, ha reiterado este jueves las acusaciones en el juicio celebrado en la Juzgado de lo Penal 19 de Barcelona. Según dijo la mujer, que trabajaba como mascota del Espanyol, ella y su compañero estaban ataviados con el disfraz de periquitos, se colocaron para recibir en fila a los jugadores del equipo vigués con un choque de manos, pero el defensa le realizó tocamientos inconsentidos. «Estas manos no fueron a mis manos, sino a mis pechos», aseguró a las preguntas planteadas por la Fiscalía.

Del mismo modo, afirmó que intentó apartar al entonces capitán del Celta, que lo insultó y que se colocó detrás de su compañero buscando protección, totalmente aturdida y descolocada, según sus palabras.

La denunciante explicó que la indumentaria que llevaba aquel día consistía en unas mallas y «una cabeza muy grande con una tela, una especie de babero de gasa con vuelo», espacio que, según ella, el jugador, ahora en el Porto Alegre de Brasil, aprovechó para meter ambas manos y tocarle los pechos. La víctima, que ha recordado que sintió «rabia y mucho asco», aseguró que no conocía de nada al jugador y que no supo quien era, por lo que decidió escribir un correo electrónico al club para poder identificarlo.

Además, la denunciante declaró que vio «una misma intencionalidad» en el segundo jugador de la fila, una afirmación que la defensa de Mallo ha puesto en duda al señalar que, tras el episodio denunciado, siguió saludando a los futbolistas, según figura en las imágenes tomadas en el estadio y que se han reproducido durante el juicio.

Se jugaban el descenso

Mientras tanto, el futbolista negó los hechos. «No estábamos para esas bromas». Recordó Mallo que, en ese partido, los jugadores del club celeste se jugaban el descenso y una reducción del 80% de su salario, por lo que «el momento era delicado para el Celta» y no estaban para estas cosas, y menos en un campo de fútbol con la de cámaras que hay, en sus palabras.

«Al principio no me lo creía, pensé que era una broma», relató Mallo, que aseguró que durante el saludo con las mascotas él estaba centrado en el partido y que no se enteró de que la mujer lo había señalado hasta que, al día siguiente, los directivos del Celta se lo comunicaron durante un entrenamiento.

«Le di la mano, como a todos», reiteró durante su declaración en la que respondió a todas las partes y en la que añadió que el presidente y el director general del Celta, tras visualizar los vídeos reiteradamente, le trasladaron que no daban crédito a la acusación de la víctima.

«Nerviosa e indignada»

El compañero de la denunciante, que se encontraba a su lado en el momento de los hechos, declaró que estaba de espaldas y que no vio nada hasta que, en el túnel de vestuarios, ella se le acercó «nerviosa e indignada» y manifestó que un jugador le había tocado los pechos.

Por su parte, la hermana de la denunciante y responsable de las mascotas, manifestó que «nunca la había visto» como el día de los hechos cuando, de camino a casa tras el partido, su familiar le relató que el primero de los jugadores al que había saludado la había manoseado, según su declaración.

Rubén Blanco, que era portero del Celta y compañero de Hugo Mallo en aquel momento, y que iba tras el acusado en la fila para saludar a las mascotas, nego que pactaran en el vestuario tocar los pechos a la periquita, que no se distinguía el género de los disfraces ni de quién iba dentro, y que no ocurrió «nada extraño» durante los saludos ni escuchó el insulto que la mujer supuestamente le profirió al capitán.

El Juzgado de Cornellà de Llobregat (Barcelona) decretó el sobreseimiento provisional de la causa, pero la Sección 9 de la Audiencia de Barcelona revocó este auto al entender que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de abuso sexual y ordenó que se continuase con la instrucción.

Este jueves, la fiscal insistió en que no se puede deducir de la declaración de la víctima que hubiese un «ánimo espurio», pues no se conocían de nada, y que Hugo Mallo «fue con toda la intención de tocar el pecho a la mascota».

La fiscalía y la acusación particular han mantenido la petición de 24 meses de multa, a razón de 12 euros diarios, por un delito de abuso sexual -que en la actualidad con la reforma del Código Penal sería constitutivo de un delito de agresión sexual- mientras que la defensa de Mallo pide su libre absolución alegando que los tocamientos «no han sucedido».

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